Una más XIII

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Me disculpé de la cena poco después, me pasé el arco por la espalda y salí del comedor. Todavía tenía que mirar alrededor de la ciudad y era tan grande que me habría llevado toda la noche explorarla. Lord Elrond me había dicho que era libre de mirar a mi alrededor y no estaba seguro de si esperaba que aceptara su oferta o no.

-Qué curioso. Un humano que viaja entre enanos, un hobbit y un mago- una voz suave habló a mi lado y volví la cabeza, encontrándome con los ojos familiares del elfo que me había observado desde el grupo de caza antes. Él sonrió suavemente ante mi expresión de sorpresa- Soy Earendil.

-Aleida- asentí un poco con la cabeza, de pie ahora frente a él, un atributo particular que había aprendido de los elfos ahora era que eran bastante más altos que cualquier humano, era reconfortante y desconocido tener a alguien más alto que yo en esto. búsqueda- Lo admito, es una situación extraña.

-Sí que lo es- se volvió hacia el pasillo, su cabello era negro y caía en cascada sobre sus hombros y espalda, vestía lo que parecía ser un uniforme de guardias. Comenzó a caminar, así que igualé su ritmo.

-No he visto una ciudad élfica antes.

-Lo sé, es bastante evidente por la mirada en tus ojos- me miró a su lado, riendo suavemente y mordí mi labio, asintiendo lentamente.

-Es bonito- admití, señalando los balcones con vistas al valle- Aunque diré que tengo miedo de sus puentes y su falta de barandillas.

Esto hizo reír a Earendil, empujó su brazo contra el mío y inconscientemente me moví ante su toque, estaba más frío que los toques y agarres enanos a los que me había acostumbrado, no era malvado, solo más suave pero de alguna manera menos amigable. No pude decidir. Se dio cuenta de esto y movió sus brazos de donde chocarían contra mí- Se habló entre los guardias, dicen que estás en una misión. ¿A dónde vas?- me miró enarcando una ceja y abrí la boca para responder, aunque me detuve.

-¿A quién le dijiste sobre tu búsqueda más allá de tus parientes?

-¡A nadie!

-¡¿A quién le dijiste ?!

-¡A nadie! ¡Quizás deberías preguntarle al mercenario! 

Con la fría mirada de Thorin en el fondo de mi mente, me aclaré la garganta y le sonreí un poco a Earendil. 

-Algo como eso. No es asunto mío decirlo- hablé más fría de lo que pretendía también y me sorprendió, aunque mi sonrisa, parecía haber tomado a Earendil por sorpresa.

-Sí ... por supuesto, una búsqueda privada- murmuró y me sentí instantáneamente culpable por el pobre elfo, simplemente tenía curiosidad y estaba seguro de que tenía buenas intenciones.

Pero no podría arriesgarme después de hoy.

Caminamos en silencio por un rato antes de que se acercaran pasos y se acercara otro guardia, miró a Earendil y habló en lengua élfica antes de asentir con la cabeza hacia mí y caminar hacia adelante, fruncí el ceño y el elfo a mi lado volvió la cabeza en mi dirección. 

-Parece que debo despedirme de ti ahora, Aleida- dejó de caminar, frente a mí, lo miré.

-Bueno, eres... un guardia, estoy segura de que tienes deberes de los que ahora te estoy distrayendo- sonreí antes de abrir los ojos como platos cuando él extendió gentilmente su mano para agarrar mi mano, estaba sucia por mis viajes y casi me avergoncé, aunque no pronunció una palabra mientras presionaba sus labios en el dorso de mi mano y asintió con la cabeza.

-Fue un placer conocerte- susurró antes de girar abruptamente sobre sus talones y dejarme en el pasillo.

-Para mí... también...- murmuré, aclarando mi garganta. El día se había vuelto cada vez más extraño con cada minuto que pasaba y esto no perdía la normalidad en el día. Giré la cabeza, un reflejo llamó mi atención, aunque cuando me estabilicé en la cara que me miraba fijamente en la superficie de un cáliz en una mesa auxiliar cercana, me detuve. El reflejo, los ojos verdes que me devolvieron la mirada, no era alguien que yo conociera. Conocí a una mujer que tiene el cabello castaño cayendo en cascada sobre sus hombros, su cabello ahora recogido sin gracia por la parte posterior de su armadura, donde normalmente se veían sus rasgos pecosos, la suciedad y la mugre ahora cubrían su piel.

Ella era desconocida para mí.

Cuando me reuní con los enanos a los que me había acostumbrado tanto, estaban llenándose la boca de hojas de lechuga e intentando asar col rizada al fuego, Bombur sentado en un taburete roto y el resto de los enanos cantando alegremente. Aunque nos quedamos unos pocos. Me hundí lentamente para sentarme junto a Bofur cerca del fuego, inclinándome.

-¿Dónde está Bilgo, Gandalf y Balin?- pregunté, Bofur sonrió y me miró.

-Thorin se ha ido con Elrond - noté que andaba buscando mi reacción, negué con la cabeza y miré hacia el fuego.

-No pregunté por Thorin. 

-Lo sé, solo bromeaba- me dio un codazo y puse los ojos en blanco, una sonrisa lenta apareció en mis labios, parecía que me había vuelto demasiado cómoda con la compañía, algo que no había planeado cuando acepté unirme a la búsqueda hace poco menos de dos meses.

Fueron unas pocas horas y los enanos, incluyéndome a mí, habíamos logrado ponernos lo suficientemente cómodos para dormir, nos habían ofrecido camas y más, aunque supuse que todos nos habíamos acostumbrado a dormir en la carretera, así que afuera era bastante reconfortante. Por lo que deduje, no era el único que había pasado mi vida viajando.

Era temprano en la mañana cuando me desperté sacudida, mis instintos me despertaron más y abrí los ojos para encontrar una espada cercana en mi mano y apuntando a un pequeño hobbit aterrorizado. 

-Bilbo- pronuncié, dejando la espada, la cual era de Bofur quien dormía cerca. Cuando mis ojos se acostumbraron a la tenue salida del sol, me incorporé lentamente.

-Uh, nos vamos.

-¿Nos vamos?- fruncí el ceño, agarrando cansinamente mi arco y levantándome, dio un paso atrás para mirarme con un pequeño asentimiento, fue entonces cuando noté que todos se levantaban y estaban listos, y Bilbo tenía su bolso en la espalda- ¿Dónde está Gandalf?

Tierra Media: One ShotsOnde as histórias ganham vida. Descobre agora