Can't you just be mine? [KaiSoo] [ChanBaek]

Caí en la tentación

Pov Kyungsoo

  Estoy en la cocina haciendo una tortilla. Jongin tiene que llegar en cuestión de minutos y he tenido que tomarme una tila. Los nervios me carcomen y es posible que todo sea parte de mi imaginación. ¿Y si solo se ríe de mí?

  No llega... Esto no es normal, a este paso... No, no y no. 

–Ni se te ocurra reaccionar por ese imbécil –maldije mirando mi pantalón. Jooo, creo que estoy delirando. 

 Me levanté y fui a limpiar el plato y la sartén e inmediatamente sonó la puerta. Uahh, me he puesto nervioso. Escuché las llaves cayendo en la mesita de la entrada. La luz de la cocina estaba encendida así que obviamente sabría que estoy aquí. Además del ruido del agua al caer. Escuché sus pasos por el pasillo hasta que se detuvieron en la puerta de la cocina de espaldas a mí. 

–Tengo hambre... –dijo.

  Bufé, estoy cabreado llevo horas fantaseando con él y llega pidiendo comida. Que le den. 

–Pues háztela tú –gruñí. 

–Baja esos humos –dijo detrás de mí. ¿Cuando llegó aquí?

  Pasó las manos por mi cintura y pegó su cuerpo al mío. Su aliento chocó a propósito contra mi oreja. Lo sabe, ese es uno de mis puntos débiles.

–Quita –dije intentando apartarle con el codo, pero me abrazó más fuerte. 

–Relájate –susurró en mi oído. –Suelta los platos –ordenó y le obedecí. –Bien. 

 Bajó la mano hasta mi entrepierna y la apretó por encima del pantalón. 

–¡Ah!

–¿Ya estabas duro cuando llegué o ha sido por la pequeña cercanía? –dijo cerca de mi oído. 

–¡Quita! – dije dándole un codazo en el estómago. Estaba rabioso, si quería no se lo iba a poner fácil. 

–¿Qué te ocurre? –preguntó un poco cabreado, lo noté por su tono de voz. Me giré e inmediatamente se acercó a mí, pasó sus manos por mi espalda y me pegó a él. Choqué contra la encimera y mi entrepierna tocó de lleno la suya. 

–Ahh... –gemí ante el contacto. Intenté separarlo en vano, así que alcé al cabeza y me tope con unos ojos penetrantes y llenos de deseo. Se acercó a mi boca y giré la cabeza haciendo chocar sus sensuales labios en mi mejilla. Dios, lo que me ha costado esquivar esa tentación.

–¿Te estás haciendo el difícil o qué? –gruñó. 

–No quiero –mentí. Con mis manos intenté en vano apartar los brazos de Jongin que tenía alrededor de mi cintura hasta mi espalda. Frunció el ceño cabreado. 

–Eso me da igual, creo que te dejé lo suficientemente claro lo que pasaría hoy. Si no tuviste tiempo para reflexionarlo y aceptarlo es tu problema.- ¿Cómo se atreve a decir eso después de hacerme esperar como una perra en celo? ¡Gilipollas! grité para mis adentros.

  Cogió mi cintura y me alzó en el aire para sentarme en la encimera, al lado del fregadero. Se puso entre mis dos piernas casi tocando el cierre de mi pantalón con su estómago. Cogió mis dos muñecas con fuerza y las dejó tras mi espalda, solo sujetas con una de sus manos. Joder, tiene fuerza. Sentado era un poco más alto que él pero no lo suficiente para impedir que sus labios engulleran los míos sin problemas. 

  Con su mano libre me atrajo hacía él y antes de incluso haberme dado cuenta ya tenía mis piernas enroscadas a lo largo de su cintura para sobar mi dureza con su estómago. Escuché su risita interrumpida por mis suspiros prolongados y se abrió paso en mi boca con su lengua. Exploraba sin torpeza ni timidez, solo habían pasado horas desde que nos habíamos besado en el instituto y ya había añorado está sensación.