𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐎𝐋𝐘𝐌𝐏𝐈𝐀𝐍 || PJO 🔱

Capítulo VIII

"Descubro todo lo que Skylar me había ocultado..."

No fui capaz de terminarme el desayuno. Apenas estaba cogiendo una magdalena del bufet que había preparado la cabaña de Deméter cuando Elliot entró a toda prisa. Nada más encontrar a Skylar se abrazó a ella y rompió a llorar.
Nunca lo había visto tan mal. Ni siquiera en el funeral de Beckendorf.

Para hacer tiempo, fui a ver a Annabeth. Observamos como el sol se elevaba sobre la ciudad. El tráfico debía de haber sido muy denso para entonces, pero no se oían bocinazos ni el murmullo de la multitud inundando las calles.

— Percy, necesito contártelo. El año pasado Luke vino a verme a San Francisco.

— ¿En persona?¿Estuvo en tu casa?

— Ocurrió antes de que bajáramos al Laberinto, antes de... — se interrumpió — Vino con bandera blanca. Me dijo que sólo quería charlar cinco minutos. Parecía muy asustado. Me dijo que Cronos iba a utilizarlo para adueñarse del mundo.

— Pero tú no te fiaste.

— Desde luego que no. Creí que era una trampa... Se puso como loco. Me dijo que sería la última oportunidad que se me presentaría.

— Está bien. — susurré — Intenta descansar un poco.

— No lo entiendes, Percy. Hermes tiene razón. Si me hubiera ido con él, quizá habría podido hacerle cambiar de opinión. O bien... yo llevaba un cuchillo... podría...

Aquello me hizo sentir como si estuviera de nuevo en el Estigio, disolviéndome.
La puerta de la terraza se abrió y apareció Connor Stoll.

— Percy, la Señorita O'Leary acaba de volver con Grover. Deberías hablar con él.

Grover estaba tomando un aperitivo en el salón. Iba preparado para la batalla con una armadura de corteza de árbol y alambre plastificado, y llevaba una porra de madera y su flauta de juncos colgadas al cinturón.
Me contó las escaramuzas que habían librado. Se habían ocupado de cubrir las afueras, donde no contábamos con suficientes semidioses. También se habían enfrentado en la zona de Harlem con un joven dragón. Lo habían derrotado, aunque perdieron en la batalla a una docena de ninfas.

— Hemos perdido a veinte sátiros frentea un grupo de gigantes en Fort Washington. — explicó con voz temblorosa — Casi la mitad de mis hermanos. Al final los espíritus del río ahogaron a los gigantes, pero...

Thalia se acomodó el arco en su hombro.

— Percy, hemos sellado los túneles que viajan a Manhattan. Mis mejores cazadoras se han ocupado de ello. — se pasó las manos por el pelo — Otra cosa. El enemigo está aguardando hasta la noche para atacar. Creo que necesita regenerarse después de cada combate.

Grover asintió.

— La mayoría de sus efectivos, además, son más poderosos de noche. Volverán a la carga cuando se ponga el sol.

Traté de pensar con claridad.

— En el mejor de los casos, — comenté — tenemos otros dos días antes de que Tifón llegue.

Jake Mason carraspeó. Había estado tan callado que me había olvidado de su presencia.

— Una cosa más, Percy. Deberías hablar con Skylar sobre las bajas en su grupo.

Asentí.

— Descansad mientras podáis. Nos espera una noche muy larga.

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