Lo supe (Kris)

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Lo supe. En cuanto Luhan apareció ante mí con los ojos vidriosos y con un tímido "Tenemos que hablar de algo serio" en los labios supe que la había cagado. Seguía teniendo mi voto de confianza hasta que me conto todo lo que había pasado, o al menos parte de ello, aun esperando que en realidad no hubiese sido tan grave lo que había hecho.

No me siento ni más lejos orgulloso de mis sentimientos, pero en aquel momento solo quería abofetearlo. Aquel niño estúpido que tenía delante lo había jodido todo como quien dice, y todo por un capricho. Ya nos habían pagado y aquello complicaba mucho la situación. Y ¿si al chico le daba por ir a la policía? El tan solo pensar me ponía nervioso. Tenía que hacer algo. Algo rápido.

Según Luhan el chico no se iba a ir de la lengua, se lo había prometido. Pero él no sabía nada. Los chicos en una situación como la del chaval eran impredecibles. Jamás podías llegar a saber qué era lo que iban a hacer en realidad.

Admitámoslo: los adolescentes están locos.

Son impredecibles. Con todas esas hormonas correteando por su cuerpo. Con sus estúpidas conductas de "lógica". Resentimiento y... a saber que más podían guardar entre la piel. Yo había sido adolescente, y de buenas a primeras había sido de lo peor. No sabía ni como mi familia me había soportado. ¿Qué debía de esperar de un niño dolido por el asesinato de sus padres, un asesinato del cual se había encargado su amante?

Los convoque a todos en mi despacho. Chen me ayudo a que todos acudieran allí ya que se le daba bien encontrar a la gente, aunque estuviesen desperdigados por el lugar. En menos de diez minutos los tenía ahí a todos. Para entonces solo se me había ocurrido pensar en un plan. Un plan que en cierto modo me agradaba, por lo que conllevaba, pero que por otra parte me daba pereza llevarlo a cabo. Requería demasiada movilidad.

Les conté de pasada lo que había sucedido. Lay fue directo a abrazar a Luhan, para animarlo, pero en seguida le pare.

-Ni se te ocurra -le advertí elevando la ceja. Este solo supo mirarme con cierto resentimiento-. Ya tendrás tiempo para animarle en el avión.

Todos se quedaron mirándome fijamente. Debían de preguntarse porque había tomado una decisión tan drástica. Seguro que más de uno preferiría cargarse al chico, yo lo prefería así. Pero Luhan se interpondría y no solo fastidiaría aquella inesperada misión si no que conseguiría que nos llevasen a todos a la cárcel, o peor, que todos acabásemos muertos. Metros bajo tierra.

-¿Volvemos a casa? -pregunto el pequeño Tao lentamente como si no se creyese de verdad la noticia que les acababa de dar. Su tono de voz dejaba ver que no le disgustaba en absoluto aquella decisión que había tomado-. ¿Volveremos a ver a nuestras familias? -sonrió como un niño pequeño al que le acababan de regalar una tienda de chucherías, enorme además.

Con un nudo en la garganta asentí. Aunque nuestro viaje fuese a ser en pocas horas, no estaba seguro de que nuestro pequeño pudiese ver directamente a sus padres. Primero tendríamos que pasarnos por las oficinas, tener unas cuantas reuniones y si nos quedaba algo de tiempo antes de que volviesen a encargarnos algo podría ver a sus padres. Pero en vez de decir todas esas palabras decidí callarme. No quería que aquellas ilusiones se desvanecieran tan fácilmente.

-¿Tenemos que proceder de alguna manera? -intervino Chen el cual como siempre estaba centrado en lo que yo le decía. Era agradable contar con alguien a quien le gustaba estar siempre en él tema y no desviarse tanto de lo que nos concernía en mi despacho.

-No. Ni podremos pasarnos por casa a hacer maletas -respondí abriendo uno de los cajones de mi modesta mesa. El despacho al fin y al cabo no era nada del otro mundo. No pasaba mucho tiempo en el, o sea que jamás me dio por hacerlo cómodo o vistoso para la gente. Simplemente era un lugar funcional. No tenía más de lo que necesitaba-. Aquí tenéis los pasaportes. Son falsos -informe aunque debían de saberlo ya que siempre viajábamos con identidades diferentes para que no nos siguiesen el rastro, cortesía de Yixing-. Iremos por separado al aeropuerto. Simplemente eso -aclare mi voz separando los pasaportes de dos en dos-. Xiumin y Lay, iréis juntos. Chen, Tao más de lo mismo para vosotros. Y tu Luhan... -suspire profundamente algo cansado-. Iras conmigo para que no crees más problemas.

El chico alzo su mirada hacia mí. Aun tenía los ojos vidriosos. No me gustaba ver a un amigo así, debía de admitirlo. Aunque hubiese tenido ganas de matarlo en realidad lo que quería era ayudarle ya que al llegar a China no le esperaba nada bueno.

-Yo puedo encargarme de él -Lay se levanto del asiento que estaba ocupando. Como no, el chico siempre tenía algo que decir si el tema se refería a su buen amigo-. No necesita un jefe que lo acompañe, si no un amigo.

Aunque su mirada siempre fuese distraída, y en aquel momento seguía siéndola, pude distinguir cierta chispa que amenazaba con propagarse y ser peligrosa. Le sostuve la mirada ya que no me intimidaba en lo más mínimo.

-Me interesan una mierda tus teorías psicologías Lay -admití mientras me adelantaba y agarraba a mi compañero de aeropuerto por el brazo, para que se levantase y caminase conmigo-. He dicho que se viene conmigo y así será.

No deje que me contestase, o al menos no me deje escuchar lo que tenía que decirme. Yo era el jefe, yo era quien estaba al mando. Si algún día el respondía por todos nosotros "dejaría" que tomase alguna decisión. Hasta entonces, ya podía estarse callado.

Tuvimos que pasarnos por la recepción a por su sobrina, la cual la había dejado con una de las chicas con las que se llevaba muy bien. Los niños se me daban sorprendentemente bien. La gente normalmente no se lo creía porque me veía como una persona muy fría y seria, pero yo sabía que aquella niña me adoraba. Siempre me cogía del dedo y sonreía sin parar cuando me acercaba a ella.

Lo que realmente me sorprendió fue que nada más salir del edifico donde estaban dispuestas nuestras oficinas volvió a ser el de antes. Siempre se le había dado bien aparentar lo que no era. Al igual que dejar los sentimientos a un lado, era raro verlo tan afectado por algo. O alguien.

-Sabes que buscaran al chico ¿verdad? -interrumpí el gran silencio que se había hecho en el automóvil.

-Me he encargado de que no lo puedan encontrar. Ni ahora mismo yo podría encontrarlo... -murmuro como si no tuviese ganas de hablar, lo cual era la realidad. Pero aun así necesitaba desahogarse con alguien. Aunque no fuese una persona íntima para él-. ¿Sabes? He pasado la peor noche de mi vida -aseguro mientras se mordía la punta de sus dedos-. De repente, no quería ni tocarme, le daba asco, miedo, pánico... -meneo la cabeza de un lado a otro, supongo que intentando quitarse esos pensamientos o imágenes de la cabeza.

-Va a necesitar su tiempo para poder mirarte a la cara. Pena que no os vayáis a volver a ver -aunque en realidad no sintiese pena por aquel hecho, sabía que mi amigo quería escuchar esas palabras.

Aunque pareciesen crueles, lo cual era verdad, necesitaba que alguien fuese alto y claro con él. Que le mostrase las consecuencias de lo que el mismo se había cavado. Había escuchado desde pequeño que el amor no era fácil. Jamás había entendido el dicho pues jamás había estado enamorado; dudaba que algún día pudiese entenderlo. Pero aun así no entendía porque querer a alguien tenía que dar tantos problemas.

Se suponía que el amor estaba hecho para disfrutar y para compartir, o eso decía mi abuela. Pero no para pasarlo tan mal como lo estaba pasando Luhan por aquella criatura que no valía la pena. Aun así me parecía asombroso que el chico le hubiese perdonado, seguro que no del todo, eso sería imposible. Aunque estando en estado de shock... ¿Quién sabe? Cosas más raras se han visto de gente en ese estado la verdad.

Escuche leves sollozos a mi lado. El rubio intentaba no llorar. Intentaba por todos los medios no derrumbarse delante de mí. Con cuidado apoye mi mano sobre su cabeza, acariciándole.

-Tú antes no eras así.

La verdad es que no esperaba ninguna respuesta. Esperaba que el resto del viaje de ida al aeropuerto fuese en silencio ya que no parecía que tuviese más ganas de hablar, y menos conmigo.

-Lo sé -contesto casi en silencio mientras mecía a su sobrina entre sus brazos pues no le había dado tiempo a dejarla en su silla.

[Hunhan] LuminescentNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ