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CAPÍTULO 1

En el presente...

Queda una hora y media para que salga a la pista para jugar el partido más importante de mi vida. El partido con el que llevo soñando años. Mi primera final de Grand Slam. Más concretamente, la final del US Open. Como te puedes imaginar, me quiero morir de los nervios. Pero como los nervios no son buenos antes de un partido, para relajarme y concentrarme, tengo puestos mis cascos con la música que me lleva acompañando durante toda mi carrera: Westlife.

Aun con los cascos puestos, oigo de sobra las conversaciones a mi alrededor. Levanto la vista de mi regazo para mirar a la gente que está aquí conmigo. Estamos doce personas en la sala para los jugadores esperando hasta que sea la hora para ir a prepararme para el partido. Te los voy a presentar.

A mi izquierda, sentado conmigo en el sofá, está Dominic, mi novio. Sí, sí. Estás en lo cierto, no te has confundido. Me refiero a Dominic Thiem, el famoso tenista austriaco. Acaba de llegar de entrenar y no le ha dado tiempo a ducharse antes de venir, por lo que huele un poco a sudor. Pero solo un poco. Sólo se ha cambiado la camiseta, a pesar de que le dije que le daba tiempo a darse una ducha, pero no me ha hecho caso. A veces es un poco testarudo, pero no podría vivir sin él. No solo porque sea mi novio, la persona a la que más quiero en el mundo, sino porque es uno de mis entrenadores, y sin él, hoy no estaría aquí. Está mirando su móvil con una mano, mientras que con la otra sujeta la mía, dibujando círculos con su pulgar sobre el mío. No puedo evitar que se me forme una pequeña sonrisa en la cara.

En el sofá de al lado, están mis padres, Marta y Jesús, mis tíos, José y Liliana, y mi fisioterapeuta, Alba, una de las mejores en lo suyo. No podría vivir sin ella. Están hablando sobre mi oponente, Iga Swiateck, y sobre cómo piensan que va a ser el partido de hoy. Mi padre está viendo el partido de semifinales de Dominic contra Sinner de ayer que han puesto en la televisión de la sala, aunque creo que en realidad no le está haciendo caso, sino que está analizando el partido de hoy, cómo juega mi oponente para darme algún último consejo,cómo fue nuestro último entreno y esas cosas. Él es mi otro entrenador, a parte de Dominic. Él me ha entrenado toda la vida, me ha enseñado todo lo que sé, con lo que no puedo estar más feliz de tenerle este día aquí conmigo. Él y Domi se combinan para entrenarme conjuntamente. Domi lo hace cuando tiene tiempo libre entre torneos, e incluso en estos últimos años, durante algún torneo en el que participásemos juntos, y mi padre durante el resto del año. A parte, mi madre es mi abogada y representante. Básicamente, está ahí para solucionar problemas legales que me puedan surgir, pero no suelen ser muchos.

En frente de ellos, a mi derecha, están sentadas en unos sillones mis mejores amigas, Estela y Cristina. Cris trabaja en un banco, y desde que me dedico al tenis profesionalmente, se encarga de mis relaciones públicas, es decir, habla con la prensa, me concierta entrevistas y reuniones... . Se le da muy bien, y de hecho, fue ella la que se ofreció a hacerlo. Yo acepté encantada. Estela es abogada, y aunque algunas veces sustituye a mi madre cuando ella está ocupada, ella no es oficialmente un miembro de mi equipo, sólo vino hace dos días para estar conmigo en la final. Es un amor. Están hablando sobre la nueva canción que ha sacado Harry Styles. Dios, toda la vida obsesionadas con Harry. Bueno, tampoco voy a hablar muy alto.

En una de las mesas que hay un poco más allá, están mi hermano, Daniel, y mi primo pequeño, Miguel. Mi hermano le está contando cosas sobre los profesores y las asignaturas que ha escogido este año, ya que Miguel empieza cuarto de secundaria en unas semanas en el colegio en el que estudiamos nosotros dos.

Sólo me queda Nico. Nicolás Massú, el entrenador de Domi, que está hablando por teléfono en la puerta. Él no es miembro de mi equipo, sólo está aquí para apoyarme. Durante todos estos años saliendo con Domi, he forjado una gran amistad con él. Siempre se mostró muy amable conmigo desde el principio, y él también habla español, así que me hizo sentirme más cómoda cuando apenas les conocía. Es alguien muy especial. Nos faltarían mis suegros, los padres de Domi, pero no pudieron venir ahora, pero sí estarán en el partido.