POV Gèrard
Abrí los ojos despacio, enfocando la habitación. El sol se colaba por las rendijas de la persiana y contemplé a Anne y Amaia dormir abrazadas, con una mezcla de brazos y piernas bastante graciosa. Al final, Sofía entendió que Amaia nos necesitaba y se fue a la habitación de Andrea para darnos intimidad. Casi no habíamos pegado ojo, menos mal que todo esto había pasado después de hacer la EBAU. Amaia había pasado la noche entre sollozos y pesadillas. No entendía por qué había tomado esa decisión unilateral.
Me coloqué las gafas metálicas sobre el puente de mi nariz y suspiré resignado. Miré el reloj y aún no eran las 9. Sentía que tenía que hablar con Alfred, se había portado increíblemente bien conmigo, sobre todo a raíz de ayudarme con el pago de mis cuotas y siempre le estaría agradecido. Además, había demostrado ser muy buen amigo. Estaba convencido que si se había tragado toda la sarta de mentiras que Amaia le había debido de decir, su noche habría sido poco menos que un infierno. Y no se lo merecía. Si por mí fuera le contaría todo, pero entendía que Amaia creyera que estaba anteponiendo la felicidad de Alfred a la suya propia. Ojalá fuera cierto o todo eso solo iba a traer desgracias a ambas partes.
Mientras caminaba hacia su cuarto pensaba en que, si yo estuviese en su situación, mi cabeza sería un hervidero de pensamientos contradictorios y mi corazón una batidora de emociones y sentimientos. Me estaría volviendo loco. Me paré frente a la puerta y toqué. La persona que me abrió la puerta parecía sacada de una película de terror. Alfred estaba blanco como el papel, pero con los ojos inyectados en sangre e hinchados. Tenía el iris de un color opaco, como si mirase sin ver del todo. Se hizo a un lado y entré. Tenía una gran maleta abierta en la cama, casi llena con su ropa. Definitivamente se iba. Me costó elegir las palabras de despedida para un hombre que parecía sacado de una guerra, tocado física y psicológicamente.
- ¿Te vas? - solté para romper el hielo señalando la maleta.
- Sí. En un par de horas, después de todo, la hostia de realidad ha hecho que me dé cuenta de que nada me retiene aquí. Y quedarme, solo me haría más daño - suspiró amargamente.
- Alfred, no soy quién para meterme en tu relación, pero quiero que sepas que aunque Amaia es mi amiga, también te considero amigo a ti – me acerqué a él hasta quedar a un metro escaso - A veces, las apariencias engañan, no te creas todo lo que te dicen. Muchas veces actuamos pensando en los demás, incluso aunque eso signifique que nosotros caigamos en picado al abismo. Recuérdalo – recorté la distancia y nos fundimos en un abrazo - Por favor, no perdamos el contacto. En septiembre, si mis padres pueden permitírselo, me instalaré en Barcelona a estudiar. Me gustaría que siguiéramos viéndonos.
- Claro que sí Gèrard. Eres un chico increíble y la música corre por tus venas. Lucha por tus sueños - nos mantuvimos unos instantes abrazados y me dispuse a irme cuando se me ocurrió algo más que decir.
- Oye Alfred, Anne también hubiera querido venir, pero Amaia no ha dormido bien y se ha quedado con ella - una mirada confusa fue lo último que vi antes de salir.
POV Anne
No había conseguido que Amaia fuese a desayunar con Gèrard y conmigo, y tampoco quiso que alguno se quedase con ella para que no estuviera sola. La acompañé a su cuarto antes de ir a desayunar y se quedó hecha una bolita en posición fetal con los auriculares puestos y varios paquetes de kleenex. Me partía el alma verla así. Habíamos visto de lejos como Alfred y el rector se despedían del director Valentín antes de irse. Cruzamos brevemente nuestras miradas y pese a todo, Alfred sacó una tímida sonrisa para despedirse. No entendía a Amaia y, menos, que Gèrard defendiera y justificara lo que estaba haciendo sabiendo que era todo un despropósito. Lo habíamos hablado en el desayuno y había provocado un pequeño distanciamiento entre ambos.
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Éxtasis
RomanceLas malas decisiones tomadas por Amaia tendrán inesperadas consecuencias. Nueva, en un internado, su vida y la de otras tres personas darán un giro de 180 grados. Una historia que no te dejará indiferente en la que el amor, la amistad, los miedos e...