capitulo 27

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Tal como Julia lo prometió, se marchó del pueblo en cuanto las averiguaciones terminaron; no había manera de inculparla en lo sucedido.

Después de muchas indagatorias e investigación, la oficina del alguacil había llegado a una resolución sencilla: Amelia había intentado secuestrar a Amanda, y Lucy solo había estado en el momento y lugar equivocado, en algún momento de la huida, las niñas se habían liberado y cada una había huido en direcciones diferentes. Amanda se adentró en las grutas y al buscarla, Amelia cayó en una de ellas destrozando su cuerpo casi en el acto. Su castigo había llegado casi de inmediato. 

La razón del por qué Amelia lo hizo quedaría en incógnito para la mayoría de la gente del pueblo, ni Emily ni Jared estaban dispuestos a alimentar los chismes y habladurías de la gente, lo único que importaba era que su hija estaba a salvo ahora y para siempre.

Emily sabía que ya no había quien quisiera dañar a su hija, pero aun así la paz no terminaba de llegar. Jared tampoco mostraba alivio, aun tenia a los hombres patrullando cerca de la casa grande y el mismo se mantenía alerta en cada momento.

Amanda poco a poco se recuperaba del incidente, pero Emily aun podía ver el miedo en sus ojos, el como se sobresaltaba con los ruidos fuertes y los movimientos bruscos; incluso al principio su pequeño cachorro Orion había sido víctima de la situación. Emily sentía su corazón romperse un poco cada que el cachorro se acercaba a su hija y esta pegaba un brinco.

La relación con su marido tampoco mejoraba, Emily aún se sentía herida por la poca confianza de Jared y el mismo mantenía la distancia para darle espacio, Jared no quería presionarla, solo esperaba que la decisión que ella tomara no destrozara a su pequeña familia.

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Jared invitó a Emily y Amanda a ir al pueblo con el , había un cargamento de herramientas que recoger antes de la venta de ganado que se aproximaba. Ambas iban en la carreta dirigida por Aaron y Jared iba a su lado en su caballo. Jared se sentía tenso y cansado, el miedo que había sentido la noche que Amanda había desaparecido se negaba a irse por completo, cada mañana rezaba sobre la silla de su caballo que no fuera ese el día que Emily le dijera que se iría llevándose a la niña lejos de el. No podía culparla, el no había sido capaz de protegerlas de muchas maneras.

-Buen día Brown- saludo el señor Geller en cuanto entraron al almacén, Jared y Robert habían hecho las pases y ahora todos los Brown eran bien recibidos en la tienda- ¿vienes por tu pedido? Ya casi lo tengo listo, mujer – llamó Robert a su esposa- muestrale a  la Señora Brown los encajes que acaban de llegar- Prudence se acercó rápidamente hasta el mostrador y con una sonrisa amable muy poco común en ella acompañó a Emily y Amanda hasta el área de señoras.

Al escuchar a su madre, David salió corriendo de la trastienda y atrapó a Amanda en un fuerte abrazo para sorpresa de todos.

-Hola, hola Amanda- David tenía una sonrisa enorme en la cara mientras Amanda lo miraba totalmente desconcertada.

-¡David!- llamó alarmada su madre y Emily se preparó para alguno de sus comentarios hirientes- no seas brusco con la pequeña-Prudence se acerco a los niños y les dio a cada uno una golosina y una sonrisa- perdona a mi hijo querida, solo se pone muy feliz al verte ¿Por qué no juegan un poco mientras le muestro algunas cosas a tu madre?- dicho esto acaricio una de los rizos que enmarcaban el rostro perplejo de la niña; David ni tardo ni perezoso, tomó a la pequeña de la mano y la llevó hasta una caja de juguetes.

-Gracias- dijo Emily ante la actitud de la mujer

-No hay necesidad de darlas Señora Brown- contestó Prudence con una sonrisa- creo que le debo una disculpa, por mi anterior comportamiento-Emily la miro extrañada, esta Prudence era completamente diferente a la que ella conocía- Nunca debí tratar a Amada de manera grosera, debo de decir que era Amelia la que se encargaba de llenarme la cabeza con ideas equivocadas y yo tontamente me deje influenciar, lamento mucho todos los malos ratos que provoque-Emily le sonrió suavemente, podía sentir la sinceridad de la mujer- nunca me imagine que Amelia seria capaz de hacer algo asi, si hubiera sido David …

Por el corazón de Amanda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora