Luna Llena [HP]

03

Sirius estaba preocupado y molesto consigo mismo. No pudo proteger a su mejor amigo James de morir junto a su esposa a manos de Voldemort por la traición de uno de sus amigos. Tampoco pudo criar a Harry como le había prometido a su amigo desde que lo convirtieron en su padrino. Y ahora no pudo hacer nada para detener a Remus de infectar a Harry y convertirlo en un hombre lobo. A él no le molestaba que fuera uno pero no quería que sus seres queridos sufrieran más de lo que ya lo hacen, conociendo a Remus se estaría culpando y destruyendo a sí mismo por el monstruo que creía ser, y a su ahijado a condenarlo a sufrir todas las noches de luna llena con la transformación a hombre lobo, ni que decir del posible rechazo de la sociedad mágica.

La pelea con Lunático lo había dejado destrozado. Cuando escucho pasos a lo lejos del personas de Hogwarts buscando a Remus se arrastró lo más rápido que pudo hasta la casa de los gritos. Tampoco debió de presentarse ante el en esa noche de luna llena. Todo era su culpa.

¡No¡ todo esto era por la culpa de esa rata traicionera de Peter Pettigrew.

Un conocido mullido se escuchó en la destartalada casa. El viejo gato peludo venía arrastrando con su boca algo grande. Parecía ser una tela larga de alguna ropa que necesitado para conbatir el frío de las noches.

Se reincorporo del piso para sentarse en la cama. Necesitaba con urgencia una ducha y algo de comida, las tripas le dolían por la falta de alimento. Agarro del suelo la tela y la estiró en el aire. Era un sobretodo delgado y en buen estado, una varita de algún extraño y un poco de comida. Acarició como agradecimiento a la pequeña pero inteligente mascota y se despidió.

Miró a su alrededor, todos los muebles estaban empolvados y hasta rotos por todo lo que había sucedido cuando el era un estudiante en Hogwarts, un orgulloso León.

Sonrió con nostalgia y tristeza por sus recuerdos. Podía jurar que escuchaba las voces de James y Remus discutir sobre quedarse juntos en las noches de Luna llena y las risas caninas o sus ladridos y gruñidos cuando jugaban transformados. Eran tiempos hermosos que no volverían a suceder por su incompetencia. Su madre parecía tener razón, era un bueno para nada y el principal culpable de la perdición de su familia, los Black eran personas con las que compartía sangre pero los Merodeadores eran su verdadera familia, que juro proteger y cuidar con todo su ser y les había fallado.

Lloró de impotencia y rabia. Juro buscar a Peter, acusarlo y si era necesario esta vez matarlo con sus propias manos. Para un sangre pura como él la familia era lo primero y demostraría hasta donde podía llegar para salvarla y recuperarla. Pondría en práctica lo que le había enseñado su padre, al instrirlo como su heredero, fabricó un plan para lograr cumplir su promesa.

Con determinación renovada se abrigo con lo que le había traído el viejo gato de uno de los amigos de su ahijado.

Utilizando su lado Slytherin renegado y recustruiria su manada.

Ahora sabrían porque debían de tener cuidado con un Black sucumbido por la locura. Agarro la varita y práctico hechizos que podría usar y necesitar.

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Severus Snape era un maestro en la oclumancia y legeremancia, poseía total control sobre sus emociones y sus recuerdos. Pero no pudo contra los sentimientos que tuvo al encontrarse con el cuerpo ensangrentado del insufrible mocoso Potter debajo del lobo inconscientes.

Los recuerdos de las fauces del lobo y como era impedido por James Potter convertido en ciervo fueron demaciado para él que terminó vomitando detrás de un árbol antes de llamar a los demás por ayuda.

En la enfermería Lupin fue el primero en despertarse y contó su versión de la historia. Fue preocupante escuchar como a pesar de estar bajo los efectos de la poción, que el mismo creó y preparó, se descontrolo al oler a alguien a lo lejos que resultó ser el mocoso Potter.