Capítulo XX

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Sin previo aviso, Hisoka me volvió a tomar del mentón mientras que a su vez me sujetaba de la cintura —Tal vez fueron esos ojos que muestran un arco iris o tal vez sólo fuiste tú, frutita —mencionó, pero cada vez le veía más cerca de mi cara.

Pero ¡¿qué está pasando aquí?!.

Podía estar cien por ciento segura que mi cara estaba hecha una fresa, pero tenía que liberarme de su agarre, digo, no me molestaba en nada seguir estando así, pero conociendo a Hisoka que luego se le cruzan los cables, prefiero mejor prevenir que lamentar.

—Oye ¿no crees que estás muy cerca de mí?, invades mi espacio personal —mencioné con voz nerviosa mientras aplicaba fuerza para soltarme.

—Sólo quiero una respuesta, no tengo segundas intensiones cómo tú, pequeña pervertida —espérate ¡¿qué?!, ¡tú eres el pervertido!, ¡siempre que me topo contigo te me acercas demás!. Esbozó una sonrisa divertida y después me soltó, pero no sin antes haberme depositado un sutil beso en la frente.

What that fuck?!.

Me quedé completamente estática por la acción que acababa de hacer éste arlequín, pero podía sentir mi cara ardiendo, además de tener hecho un lío mi cabeza. No fui capaz de decir ninguna palabra.

—Entonces sí tenías segundas intensiones, mmh no conocía ese lado tuyo, (...) —su comentario lo dijo de una manera tan seductora, pero a su vez burlona. El maldito se estaba divirtiendo por mi reacción —Eres una pervertida por quererme seducir con esa cara en un lugar abierto —mira hijo de la tostada, cuando mi cuerpo me haga caso te voy a dar un trancazo cómo no tienes idea.

Mi cuerpo salió de su parálisis y cómo primer movimiento fue darle un puñetazo en la cara, pero para mi grandísima sorpresa el arlequínsito lo detuvo en el último segundo, después me halo hacia él y volví a quedar nuevamente, casi, pegada a su cuerpo.

—Debo admitir que por estás razones eres digna de mi atención —me soltó y se separó de mí para empezar a caminar hacia el lado opuesto de dónde yo me encontraba —Nos volveremos a ver pronto, frutita —se despidió dándome la espalda y lo último que vi fue su silueta desapareciendo entre los árboles.

Idiota.

Me fui del lugar empezando a caminar con dirección hacia Masadora, pero durante el transcurso de mi camino no dejaba de pensar en aquella conversación que había tenido con Hisoka, después de todo, él nunca da su atención a personas que ni siquiera valen su tiempo, sin embargo, ¿enserio soy digna de su atención o sólo dijo eso para joderme un poco?...da igual, de todas formas yo fui la primera en molestarle. Había llegado a Masadora y era todo muy bonito, con globitos y todo.

La mayor parte de mi tiempo en Greed Island lo aproveché para entrenar un poco, tener más control sobre mis emociones ya que al tener expuesto mis ojos iris, generan un descontrol emocional en mí, lo cual causa que se me crucen los cables y ataque a todo mundo. Al pasar de los días y meses recordé que tenía que verme con los chicos, ya que no estaban muy lejos de enfrentarse a Razor en el juego de quemados y al chile tenía un tingo de ganas por jugarlo. Invoque a Haru y éste me dio un gran abrazo —También te extrañe amigo, pero necesito que me ayudes, quiero que rastrees el Nen de Gon, sabes de quién hablo ¿no? —Haru sólo asintió y me dio la seña para subirme sobre su lomo, a lo cual emano un sonrisa y me subo a éste. Mi dragoncito bebe despegó e hizo un vuelo algo rápido, no obstante, me encantaba la sensación de estar en el aire y que el viento golpeara mi cara, era cómo sentirse libre de todos los problemas. Llegamos a dónde Gon y Killua, así que sólo me aventé desde el aire para caer cerca de ellos, Haru desapareció después de mi acción. Aterrice de pie, y Biscuit junto con mi dúo perfecto se me quedaron viendo anonados, porque bien sabía que ellos habían sentido que alguien se acercaba, pero no contaban con que fuera yo.

¿Estoy Soñando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora