E de Espía

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El séptimo año no fue lo que se esperaba bajo ningún motivo, corrían rumores que magia oscura y tenebrosa estaba tomando poder, los merodeadores sacaban conclusiones de toda aquella información a la que podían acceder.
Aunque la mayoría de los  estudiantes seguían una vida normal y tranquila, aquellos que tenían padres trabando en el ministerio sabían lo que pasaba.
Remus recibía cartas todos los días de su padre, pidiéndole que se cuidará, que tuviera mucha precaución en las noches de luna llena, los chicos lo leían con pesar.

Un aura pesada se había depositado en aquellos cuatro amigos, que ahora se habían convertido en un grupo más grande, las chicas se habían acercado mucho a ellos.
Marlene que tenía una relación con Sirius, Lily que comenzaba a aceptar las insistentes propuestas de James y Dorcas, que se había vuelto muy amiga de Remus.

Un día en especial, que las chicas no estaban presentes y que la luna estaba cerca, Sirius llegó con la nariz sangrando.

-¿Qué te ha pasado? -preguntó Peter.
-¿Acaso no lo puedes adivinar? El estúpido de Quejicus, me ha estado siguiendo por semanas, hoy lo enfrente, pero no iba solo.
-¿Siguiéndote? -dijo Remus cerrando su libro para prestar atención.
-Creo que él sospecha, ya sabes, del pequeño problema peludo -dijo James-, lo he notado durante los últimos dos meses.
-¿Por qué no habías dicho nada? -dijo Remus volteando directo a la mesa de las serpientes.

Un grupo de chicos lo estaba mirando, no solo Regulus y Severus, si no unos cuantos más.

-Tengo que hablar con Dumbledore -dijo Remus levantándose de la mesa.
-No creo que Snape necesite un jalón de orejas, necesita que alguien le dé su merecido -dijo Sirius cuando Remus estuvo lo suficientemente lejos.
-¿Qué estás pensando? -dijo Peter.
-Darle lo que quiere.

Y Sirius no dijo nada más.
Cuando Remus iba saliendo del comedor choco contra una chica de rulos rubios y largos. Tonks.

-Lo siento, Tonks.
-No te preocupes.

Su relación no estaba ni cerca de ser amistad, si sus amigos se juntaban uno de los dos se iba, por lo general siempre Remus.
Remus comenzó a correr cuando ya no había nadie en el corredor y no se detuvo hasta llegar a la oficina del director. El era uno de los pocos que sabía la contraseña, por si algo salía mal, por si necesitaba cualquier cosa, Dumbledore siempre le hizo saber que en su oficina encontraría alguien con quien hablar.

-Remus, buenos días.
-Director, buenos días. Tengo algo que decirle, al parecer Severus está siguiéndome, quiere averiguar algo y sé que sospecha sobre mi condición, si él se llega a enterar...
-No hará nada.
-¿Cómo está tan seguro?
-¿Por qué haría algo como eso?
-Mire director, mis amigos no son las personas más amables con él, ellos llevan una relación algo... complicada.
-Entiendo, no te preocupes Remus. No pasará nada.

Pero sí pasó.

La noche siguiente era luna llena, Remus estaba más nervioso que nunca, decidió que no saldría, no pasarían por el bosque prohibido.

-Lunático, pero te vas a lastimar, será peor.
-Será peor si él lo descubre. Puedo arreglarmelas solo.
-Yo te cubro, soy el más pequeño -dijo Peter-, es mucho más normal ver una rata que un ciervo o un perro gigante, y hablando de perros, ¿dónde está?
-Supongo que con Marlene -dijo Remus-, no importa, necesito irme.
-Te llevaré -dijo James-, la capa nos cubrirá a los dos y me regresaré con ella. Colagusano, tú cómo animal.

Peter obedeció y de sus ropas salió una rata que trepó hasta el bolsillo de Remus.
No había señales de Sirius por ningún lado.

-Espera -susurró Remus.

Tonks pasaba delante de ellos con Gideon, su cabello era largo y lacio, caminaba con la mano en el estómago, partiendose de risa por algún chiste tonto.

-Deberías estar con ella.
-Vamonos.

Al llegar al terreno del sauce la rata salto hasta tocar el nudo y ellos por fin se metieron por el agujero. James se quedó ahí hasta cinco minutos antes de la transformación, ayudando con los hechizos de protección.

-De acuerdo, están seguros -James gritaba para que Remus escuchara por detrás de la puerta.
-Vigila todo, estaré cerca con la capa por si veo algo... ah y cuando pase esto, recuerdame matar a Sirius.

La rata chilló en forma de respuesta y Remus simplemente soltó una risa.

James corrió de ahí y cuando salió hizo que el sauce boxeador recuperará sus movimientos, la transformación de Remus ya debía de haber comenzado. Luego de veinte minutos algo pasó.

Severus Snape.

Caminaba con paso decidido hasta el sauce, James se escandalizó cuando lo vio sacar su varita y hacer que sauce dejará de moverse.

-¿Qué demonios haces?
-Supongo que lo sabes, Potter. ¡Lo sé todo!

James se puso entre el poco camino que le quedaba a la entrada y Severus.

-¿Cómo lo supiste?
-Sólo basta fijarse en el calendario y en los libros que la mayoría de los idiotas nunca leen, además Black me ha dicho cómo entrar.
-¡No lo harás!
-¡LO HARÉ! Y lo echarán de aquí como la bestia que es.

Eso fue todo, James se lanzo contra él, no respondió ni uno de los golpes que el Slytherin arremetía contra él, simplemente lo detenía.

-Desmaius -dijo una voz detrás de ellos.

Tonks había noqueado a Snape.

-Gracias a Merlín que estás aquí -dijo James tirándose al piso.
-Vamonos, tienes que ir a la enfermería, tan debilucho pero logró partir tu ceja.
-Espera -James apunto al árbol y lo hizo moverse-, tendremos que cargarlo.
-No, locomotor -dijo Tonks y llevaron a Severus como carrito a la enfermería.




Los ojos de Remus se abrieron, todo dolía, la pierna y el abdomen ardían. Tenía un par de años sin sentirse tan molido después de una transformación, tampoco estaban los chicos, de hecho Remus no sabía dónde estaba. Trató de sentarse sin poder lograrlo.

-No te muevas, te haz hecho mucho daño -dijo Madame Pomfrey.
-¿Dónde están los chicos?
-Remus, o te duermes o te duermo.
-Me duermo, me duermo.

R de RemadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora