Capítulo 6

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ADVERTRNCIA:

Capítulo subido de tono, habrá humillación, maltrato, lenguaje vulgar.

🔥🔥🔥🔥

Domingo 24, enero.

Estoy en el club, acaba de terminar una sesión lésbica, y aunque admito que fue excitante ver a la domina y a su sumisa interactuando, tocándose, probándose y dejando saber cuanto lo disfrutaban, no es exactamente lo que me prende.

Aunque me haya marchado de la sala con una erección.

Ahora mismo me estoy dirigiendo con Carlo y su esclava a otra de las habitaciones, para la sesión que me propuso la semana pasada. Abre una puerta y la esclava entra y opta rápidamente la posición que Carlo le enseñó. Parada, cabeza gacha y las manos cruzadas por detrás de la espalda. Al entrar observo a todos los dominantes sentados y sus sumisos en el suelo a un lado de ellos. Nosotros nos paramos delante de ella.

-Obedecerás también todas las órdenes que el amo Torricelli te dé, putita- Dictamina Carlo, fuerte para que la esclava y los espectadores escuchen.

Fue el apodo que eligió para ella, porque parece más una esclava que una sumisa.

-Sí, señor-musita.

Yo me dirijo a donde están todos los juguetes y artefactos, paseando la mirada por todos, no decido si tomar una fusta o una pala. Declino la idea y me hago de una cuerda y un antifaz. Regreso donde están ellos. Carlo se dedica a pasar un látigo que traía consigo por el cuello de la sumisa.

-Dirígete al banco de madera, acuéstate sobre el e inclina tu cuerpo hacia adelante ofreciéndonos tu culo-Ordeno, estrictamente. Sin titubear cumple la orden. Al agacharse su vestido se sube y tenemos una buena vista de su trasero y su coño. Queda de rodillas con su torso apoyado en el banco y su cabeza inclinada hacia abajo. Mi pene se aprieta a mis pantalones, porque sabe cumplir órdenes.

Porque me obedece.

Carlo se acerca lentamente y pasa sus dedos por sus nalgas causando que estas se ericen. Baja su mano un poco más llegando a su coño expuesto y brillante pro la humedad.

Me mantengo observando.

Masajea su clitoris y ella emite un jadeo que parece gustarle a su dueño bastante, se agacha a su altura y la toma brusco por el cabello, susurrándole no sé qué al oído.

Luego se aleja y vuelve con un plug en su mano, es grande. Doy un vistazo rápido a nuestro "público" y todos están a la expectativa, ansiosos por saber qué haremos. Nunca les presto atención a los espectadores. No al menos cuando soy yo el dueño de la sesión, en este caso soy un invitado, y estoy atento a todo.

Me acerco y le coloco el antifaz, la excitación crece en ellas cuando no saben lo que les espera y por ende en nosotros al saber que tenemos el poder de sorprenderlas. Con la cuerda comienzo a atar sus brazos en su espalda, un poco, solo un poco por debajo de los codos, mi atadura es firme, y la posición en la que ella quedó, un poco incómoda. Pero no se queja, Carlo no es flexible y yo tampoco.

Escucho una tela rasgarse, y al volver mi mirada a Carlo veo que tiene una navaja en la mano, la utilizó para cortar el vestido de ella y tener libre acceso a sus senos. Yo iría por lo más práctico, rasgarlo con las manos.

Tentación italiana (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora