乡¡𝙀𝙨𝙩𝙧𝙚𝙡𝙡𝙖𝙨!乡 Tsukishima Kei x Lectora.

Cap 32.

Narrador Omnisciente;

- ¡Miwa! -gritas feliz al ver a tu hermana mayor saliendo del avión-.

- ¡Hermanita! ¡Tanto tiempoooo! -dijo la de cabello corto abrazando a la chica- ¿Y Tobio?

- Se quedo con la abuela.

A las dos le llego una corriente por sus espaldas.

Su abuela puede que tenga 68 años pero aún puede correr y bailar.

- ¿Te ayudo con tus maletas Miwa? -esta nego sonriendo y las dos empezaron a caminar-.

- Oi, supe que volviste a Jugar al vóley, ¿Y como te va?

- Pues bien, olvide esa sensación de sentir el balón chocar con mi mano, olvide la adrenalina y también olvidé... Olvidé esa felicidad.

- Je, eso me alegra.

Las dos se miraron y sonrieron.

- La abuela hará ese reto, ¿Verdad? -pregunto y tú asientes-.

- Pero esta vez, no vamos a perder -dices sonando los huesos de tus dedos-.

La familia Kageyama se caracterizaba por ser seres competitivos y con un ego uuufff.

Pero hay algo que a ellos no le gusta.

Y eso es: Perder.

(…)

Las dos llegaron a su casa y al entrar notaste unos zapatos masculinos.

Haces una mueca y suspiras.

- ___, ¿De quienes son esos zapatos?

- De Masato -al decir su nombre Miwa se tenso un poco- dice que cambió pero no le creo, ¿Y tú?

- No, ese tío hizo muchas cosas malas en el pasado... Conmigo hizo cosas malas, cosas que no puedo olvidar.

Tú pasas al salón y ahí se encontraba el hombre, el cuál hablaba por teléfono.

Esta iba a dar un paso pero su voz te detuvo.

- Oh, hola hija.

- Corrección, para ti soy ___ -dices fríamente-.

Miwa apareció y al ver a Masato se quedo tiesa.

- Miwa... Tanto tiempo -dijo el hombre, la nombrada no pudo estar más tiempo ahí así que se fue a su antiguo cuarto-.

- Nadie te quiere aquí, así que por favor, váyase -dices de forma “amable”-.

- Tu madre me invito, así que pasaré el año nuevo con ustedes.

- Tks, mierda...

- No insultes -tu frunces el ceño y alzas un poco la voz-.

- Tu no eres para decirme que hacer o que no hacer, tú no eres nadie para mí, NADA -Dices con algo de furia-.

- Soy tu padre -ahora su tono de voz se volvió frío haciendo que sonrías de lado-.

- Si, eres mi padre... Pero uno que no estuvo conmigo en los momentos buenos ni malos, uno que nisiquiera me protegió de mis bullying's, uno que no pasó conmigo en ninguno de mis cumpleaños y uno que no sabe de mi vida... ¿Así te haces llamar padre?, No me hagas reír -dices sonriendo con malicia- y Aunque estés presente justo ahora... Eso no cambiará nada -y después de decir eso te fuiste a tu cuarto-.