-Nadie te obliga a estar aquí...- Aquellas palabras habían resonado fuerte en la cabeza de la chica creando eco en esta, ya no podía contener mas el llanto, soltando lagrimas de un dolor que en ese momento no supo como describir.
-Bi-bien, tienes toda la razón... Nada ni nadie me obliga a estar aquí, con alguien que no es capaz de sentir lo mismo- Jaejin tomo las pocas pertenencias que estaban regadas por el sofa de la sala y salió de inmediato del lugar, aquel que llamaba hogar, el que se suponía que había formado con el amor de su vida. Claramente ella esperaba que el saliera por la puerta de donde ella había salido minutos antes, que le dijera que todo habia sido un mal entendido, que la ama, que no la dejaria ir tan fácilmente porque a ella es a quien pertenece su corazón, pero no fue asi.
Ahora, Jaejin tenía claro que sus sospechas eran más que ciertas, desde hace varias semanas el comportamiento de Haruto no era para nada el mismo con el que lo conocio hace tiempo, de hecho ni su comportamiento, ni sus acciones concordaban para nada, siempre había algo que lo hacia mucho muy raro, pero ella como buena enamorada no quiso sacar conclusiones, pues quería creer que ella era la que veía mal a su amado novio.
No supo en que momento había por fin llegado a la casa de su hermana y su familia, Seojin y Hyunsuk eran el ejemplo del matrimonio perfecto a los ojos de Jaejin, tenían dos preciosos hijos a los cuales ella amaba como si fueran suyos, pero sobre todo, amaba y admiraba demasiado a su hermana.
En la puerta de la casa de los Choi, un enojado Hyunsuk y una triste Seojin la esperaban con los brazos abiertos, y fue justo cuando ella casi corrió a los brazos de ambos que se solto a llorar más de lo que ya lo había hecho por el camino, y en el departamento.
-Le voy a partir la cara a ese imbécil- Sentenció Suk en cuanto escuchó un gran sollozo de parte de la chica.-Ese idiota sabrá que no se va a quedar así esto...-
-Amor, calma, los importante ahora es tranquilizar a Jae- Seojin quiso consolar a su hermana mayor, así que emprendieron camino dentro de la casa.
-Estoy totalmente segura que él me ha engañado por mucho tiempo...- Nuevamente las lágrimas brotaban de los ojos de la chica, tenía un dolor en el pecho, sentia su mundo derrumbarse por la impotencia de no poder hacer algo porque el amor de su vida volviera a ser el de antes.-Soy tan estúpida, ¿Como fuí a creerle semejante mentira de que me amaba?, ¡Dios, me odio!- Su cabeza comenzaba a doler de manera inexplicable, sentía que en cualquier momento tendría un ataque al corazón o algo parecido, en realidad se sentía mal.
Más tarde esa misma noche, una vez que estuvo relativamente mas tranquila, decidió ir a dormir de una vez por todas, también por las insistencias de los dueños de la casa.
Caída más la noche, Jaejin solo podía dar vueltas en la cama sin poder contener nuevamente el llanto, todo, absolutamente todo le recordaba a él, cerraba los ojos, y lo único que conseguía era ver su rostro y recordar como alguna vez fueron realmente felices.
Hubo un momento de la noche donde ella pudo conciliar un poco el sueño, teniendo en mente un escenario donde él le decía que la amaba, que quería estar toda la vida a su lado, después él se marchaba sin más. Posteriormente ella gritaba desesperada que también lo amaba, que era su vida entera, el sólo se limitaba a mirar la y reír por lo que ella le decía, mientras ella seguía tirada en el suelo frío, llorando porque él no respondía a su llamado, y sólo se iba, dejandola sin importar que tan mal estaba Jaejin.
A la mañana siguiente, Jaejin despertó sintiéndose como la mierda, sintiendo dolor en el cuerpo, como si le hubieran propinado una buena paliza. Se limitó a solo quedarse en la cama, esperando que el mundo terminara de undirse para ella, cosa que claramente no paso.
Casi al llegar el medio día, y después de tantas insistencias de Hyunsuk y Seojin de que se levantara, lo hizo, siendo inmediatamente abrazada por sus dos sobrinos, HyeJin, y YoungSuk, siendo la primera en decirle que ella estaba para lo que quisiera, y el segundo sonriendo para mostrar sus ventanales donde se supondrían estarían sus dientes, causando ternura en Jaejin.
-Iremos por las cosas a la casa que compartías con Haruto, ¿Quieres ir con nosotros?- Preguntó en todo dulce la menor de Jaejin- Claro que no es necesario si no te sientes bien...
-Ire... Solo porque realmente no quiero dejar nada con él- De nuevo un nudo se instalo en la garganta de la chica.
Momentos más tarde, toda la familia Choi subía al auto, dejando a la entonces frágil y temerosa Jaejin en medio de los dos menores, para durante el camino ser distraída por ellos, pues los niños eran los principales interesados en verla sonreír, no querian verla mal.
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Holaaaaaaaaaa ✨🌼 Mi tesorito bebé, es realmente bello, tengo que admitir que siento raro escribir de él, pero una no debe dejar pasar la oportunidad 😎💙
Espero sea de su agrado está historia, nos leemos prontito.
