-Nosotros nos encargaremos de protegerte y hacerte muy feliz.
-Eres nuestra vida y jamas te dejaremos solo.
-Juntos enfrentaremos este obstáculo. -respondieron los dos al unísono, a la persona que estaba tendido en el suelo, temblando y llorando d...
La oscura habitación era iluminada por la constante luz roja, el estruendo de papales cayendo por el piso, más las pisadas fuertes y apresuradas, dieron el indicio de la insaciable búsqueda de los dos pequeños.
—¡Jefe!
La puerta de la oficina principal alarmó a la pareja que se daba ánimos y mimos. Mirando con el ceño fruncido, Chanyeol miro con interrogación plasmada en su rostro al otro hombre que parecía nervioso y se podía observar a simple vista que sus manos temblaban.
—En la sala de búsqueda... algo está pasando... —murmuró trabándose en sus palabras, además de señalar dicha sala que se encontraba a dos puertas de la oficina principal.
—Si la computadora de averió otra vez, llama al técnico de la empresa, no estoy de humor para lidiar con eso ahora. —sentenció chanyeol con fastidio reflejado en sus palabras.
—¡No! —gritó alterado y dando un paso adelante.
Chanyeol lo miro con una ceja alzada y dio una palmada al muslo de baekhyun, este se puso de pie y ocultó una risilla que se avecinaba en su rostro, la situación era un poco divertida, hasta este punto. El chico parecía que estaba bañando en sudor y caería desmayado en cualquier momento.
—Por que rayos alzas la voz a un superior...
—Señor discúlpeme... pero en verdad es urgente.
—¿Que es tan importante que tienes que alzarle la voz a tu jefe? ¿Eh?
—¡La luz de hallazgo del brazalete de Taehyung está parpadeando!
—¿Qué mierda estás diciendo?
Ambos padres salieron de la oficina a toda velocidad, entrando a la sala del fondo y efectivamente, la luz roja parpadeaba y se mostraba un mapa satelital, mostrando la ubicación de su pequeño retoño.
Chanyeol respiro hondo y tomó la mano de su pareja, apretándola suavemente, tratando de darle un poco de tranquilad.
—Reúne a todos, iremos a salvar a nuestra familia.
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Las intermitentes iluminaba el camino a pesar de que aún se veía el atardecer, el cuerpo de los niños estaban inmóviles y una vez más, donghyuk abrió los ojos, viendo la parte delantera vacía y la pálida luz que el brazalete de Taehyung emitía.
Tragó grueso cuando intento moverse un poco y el dolor, inevitablemente, recorrió su cuerpo entero. Las lágrimas bajaron por sus mejillas pálidas y solo paseo sus vista alrededor, tratando de buscar al hombre que los había secuestrado.
Taehyung seguía inconsciente y eso alteraba un poco al mayor, pero tenía la esperanza de que sus padres los rescataran pronto.
La esperanza era lo último que muere.
—¡Mierda! —el grito alarmó al niño, quien temía lo peor para su destino. —¡Te dije que no había dejado nada suelto!
