ʙᴜꜱᴄÁɴᴅᴏᴛᴇ | ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ [2]

T R E I N T A Y T R E S

Meses antes....

Abrí la puerta de la habitación donde la abuela kim residía, y al hacerlo, la encontré recostada en la cama que quedaba situada en el medio de la habitación, dedicándome una enorme sonrisa que incluso podría iluminar el lugar entero.

¿Como era que, estando en una camilla de hospital, con una probabilidad alta de morir en pocas semanas, ella sonriera?

Esa señora que me miraba y estaba recostada, era alguien a quien admiraria durante mucho tiempo, era una persona muy fuerte, y merecia estar mas tiempo en este mundo.

Pero las cosas no siempre son como las deseamos, y en este caso, se que mi deseo no puede cumplirse.

— Lisa — dijo examinandome de pies a cabeza — Había escuchado que estabas en la ciudad. Que gusto verte.

— Lo mismo digo — sonreí — ¿que tal va?

Ella miró las maquinas a las que, en ese momento estaba conectada, y solto un largo suspiro en conjunto a una corta mueca.

— Sobrellevandolo — intentó sonreír, pero esta vez la sonrisa no le llegó a los ojos, y eso era extraño en ella.

— No soy jennie, abuela kim — hizo una mueca — No tiene que mostrarse siempre fuerte conmigo.

— Estoy bien, lisa. Sabia que el momento llegaría y desde que enferme, supe que seria más pronto de lo esperado, no me asusta, ya no.

— Entonces. ¿Que es lo que sucede?

— No lo sé, creo que más bien es por alguien más que estoy así. — centró su mirada en sus manos que estaban conectadas a las maquinas, los cables enredandose un poco cuándo comenzó a moverlas, pensativa, y entonces su mirada fué devuelta hacia mí — ¿Estas saliendo con ese tal Jackson, cierto?

— Así es

Asintió levemente.

— ¿Y que tal van las cosas con el?

— Eh, bien, eso creo...— respondí un tanto insegura.

— ¿Estás feliz con él?

Mi cuerpo entero se tensó por completo, y cierto nudo se hizo presente en mi garganta.

— Es cómodo estar con el. Me hace sentir bien a su lado.

La abuela kim rodó los ojos, y me dedicó una sonrisa de lado.

— Ven aquí — ella hizo ademan de que me sentase a su lado, en una parte vacía de la cama donde en esos momentos ella yacía recostada. Yo hice caso a su petición y me senté a su lado, acomodando mi cabello, aún más nerviosa — ¿sigue queriendo a jennie?