Capitulo 2

614 32 39
                                    

     Tras aquella llamada ambas quedaron sumidas en una inmensa felicidad, el hecho de quedar en una cita próxima a unos días les hacía martillear su corazón de emoción de poder volver a verse ya no como público-artista, sino como dos personas que intentan conocerse más allá de un leve acercamiento que habían tenido.

       Aquella misma noche se mandaron mensaje, al día siguiente hicieron lo mismo y así durante todos los días hasta que llegó el jueves, que fue el día en que acordaron de verse para cenar el viernes a las siete de la noche en un conocido restaurante de la ciudad en el cuál Laura solía ir cada que quería comer algo diferente, Alexandra pidió la dirección y Laura se la dijo sin problemas, luego se ofreció a ir por ella pero Alexandra se rehusó, diciendo que no era adecuado para la primera cita, que ella llegaría al restaurante puntual.

     Y así las horas comenzaron a correr lentamente para ellas, Laura quería que ya fuese mañana por la noche para volver a ver a Alexandra y Alexandra deseaba lo mismo, quería ver esos ojos color verde aceituna, que le parecían misterios tanto como Laura, que parecía ser recelosa de su apariencia y persona, pero una vez que la conocías y hablabas con ella resultaba ser de lo más cálida, amena y atenta, Alexandra sospechaba que no se permitía ser así para con todas las personas, quizás solo con unas cuantas y Alexandra era una de las afortunadas. Mientras Laura quería ver a la grácil mujer de ojos café claro, quería ver qué había más allá de esos ojos que parecían estar tristes de repente y cuando parecía que habían notado su repentino estado de ánimo cambiaba rápidamente a una sonrisa de la cuál Laura quería causar muchas y ser causante de ellas.

-Se me hace que alguien ya encontró un amor – le dijo Ana cuando llegaba al escritorio de Laura y la miraba textear con alguien y su rostro era de lo más sonriente.

-¿Perdón? – preguntó Laura haciéndose la tonta.

-No te hagas la inocente – y Ana la estudio cuidadosamente.

-¿Qué? Deja de verme así – dijo Laura poniendo una cara de la más pura felicidad que no podía controlar.

-¡Tú, no puedes engañarme! – dijo apuntándola con el dedo – no puedes hacerlo – deberías de ver tu cara y estás así desde hace unos días.

-¡Estás loca Ana!

-La que está loca por alguien eres tú. Dime ¿quién es?

-No te lo puedo decir Ana, aún no.

-¿Porqué?

-Porque no es el momento, ni el lugar – dijo Laura señalando con la vista su entorno – quizás más adelante.

-¿Pero hay alguien?

-Si, hay alguien.

-Me alegra. Pero me dices heee.

-Te lo prometo.

       Laura salió de su oficina tan pronto como pudo para ir a su casa rápidamente, ducharse y ponerse ropa limpia para su cita con Alexandra, quién a su vez estaba haciendo lo mismo que Laura, arreglándose para su primer encuentro acordado, sin que está vez fueran interrumpidas por los deberes. Una vez listas cada quien se dispuso a salir de sus respectivos hogares para ir a su encuentro luego de pensar que ponerse y tras ver el reloj que jugaba en su contra, las hizo elegir lo más rápido posible y con lo que creyeron se verían bien delante de la otra, Laura se despidió de sus padres, se montó en su auto y salió rumbo a su cita, mientras que Alexandra había tomado un taxi para llegar a tiempo y no hacer esperar a Laura.

-¿Hace mucho que llegaste? – pregunto Laura a Alexandra cuándo llegó al restaurante y vio a Alexandra ponerse de pie para saludarla, está vez de un beso en la mejilla y el gesto hizo parecer torpe a ambas, que sonrieron tímidas pero felices por el contacto.

Alguien másWhere stories live. Discover now