Capítulo 7

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CAPÍTULO 7

SENSACIONES EXTRAÑAS POR MI VECINO.

En mi mente sólo se repiten cuatro palabras;

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En mi mente sólo se repiten cuatro palabras;

No lo puedo creer.

Alexander me besó, o bueno, nos besamos, bueno da igual de la forma en que haya pasado, lo que importa es que pasó.

Ha sido increíble, nunca me imaginé que llegara este momento, mi corazón late con tanta fuerza que siento que podría salirse.

He entrado en silencio a casa, con las botas en las manos, subo de puntitas hasta mi habitación y observo por la ventana.

¡No puede ser!

Alexander está allí, al parecer tuvimos el mismo pensamiento, él me regala una tierna sonrisa y no dudo en devolverla, ambos estamos empapados por motivos de la lluvia y me abrazo a mí misma para calentarme.

Ha sido el beso más romántico y perfecto de toda mi vida, sin duda esta noche dormiré feliz.

Me alejo de la ventana y cierro las cortinas, empiezo a deshacerme de la ropa ya que está empapada y tengo frío, me visto con una pijama y con una sonrisa estúpida me voy a la cama.

[...]

—¡Diana! —escucho gritar acompañado de unos golpes en mi puerta. —¡Diana, despierta! —grita nuevamente la voz de Lucas.

Bufo un poco molesta, ya que odio que me despierten, odio el despertador y odio a quien me grite en la mañana.

—¡Diana, papá...

Lo interrumpo.

—Sí Lucas, ya escuché ¿Vale? —le grito de mala gana. —deja de molestar, tampoco eres mi alarma.

Con la cabeza adolorida me levanto, tan sólo recuerdo lo que sucedió anoche y siento un cosquilleo en mi estómago, es lo único que me hace feliz, tal vez sí le gusto después de todo.

Camino hasta la regadera y me observo en el gran espejo durante unos minutos, tengo bastantes ojeras, es algo bastabte normal en mí, sólo me aplicaré un poco de maquillaje y listo.

Abro la llave y meto mi mano para comprobar que el agua esté caliente, odio bañarme con agua fría en la mañana.

Sí, está.

Así que, sin pensarlo más recojo mi cabello, entro, y el agua empieza a recorrer mi cuerpo.
Me cepillo los dientes y me visto con mi uniforme escolar, tomo mi mochila, celular y salgo de la habitación para empezar a bajar las escaleras.

—Buenos días papá. —le digo caminando hasta el refrigerador.

—Hola cariño. —me devuelve el saludo dándome una sonrisa.

El chico de al lado ©Kde žijí příběhy. Začni objevovat