Adicción

1.3K 199 10
                                    

Ambos siempre tuvieron una existencia un tanto miserable, desde que fueron colonias y todo lo que amaban fue destruido. Tal vez esa fue la única razón por la que estuvieron juntos, México y USA encontraban apoyo entre ellos, personas que habían pasado por situaciones similares.

Personas igual de jodidas.

—¿Recuerdas cuando me contaste de tu nuevo nombre? —dijo escribiéndolo en la tierra con un palo— "Estados Unidos de América" —sonrió— suena imponente ¿no? Quiero tener un nombre que imponga también, no quiero ser sólo "Nueva España".

Pobres niños maltratados, acribillados por el sufrimiento, creyendo que el cambiar de dueño arreglaría sus problemas.




Y de ahí surge la obsesión, la dependencia.

La necesidad del otro, de alguien que no te deje por más arruinado que estés, creo que todos queremos a alguien así, y ellos pensaban que lo habían encontrado.

Pero el romance pocas veces es para siempre, y para muchos no existe algo como un "constante". La vida y el tiempo se encargan de cambiarnos para separarnos o juntarnos.

Es así como son las cosas.

Pero eso era algo que nunca quisieron aceptar, se quisieron aferrar a una misma persona que ya los había visto en sus peores.

—Quiero que tú seas un constante en mi vida, alguien que pueda tener siempre a mi lado, alguien que no me deje nunca, y que yo nunca le deje.

En aquel momento México intentaba mantenerse con lo único que le quedaba, a pesar del daño que le había hecho el americano en el pasado. Estados Unidos era lo único que estaba siempre en su vida, ya sea para ayudarlo o para hundirlo.

Podría decirse que, a pesar de lo malo, quería que se quedara a su lado, que le amara, aunque sea un poco.

Quería sentirse amado. Como todos.

Por otra parte, el gringo nunca fue alguien muy estable, tras haber perdido con la "colonización" parte importante de lo que alguna vez fue, ya nada pudo ser lo mismo.

Él quería demostrarle a los demás lo grande que era a pesar de haber sido una colonia, de lo mucho que podía "ayudar" a los demás y del control que tenía sobre el mundo. Quería mostrarle al mundo que era mejor que nadie.

Y en efecto, lo fue.

Con el paso de los años ambos se percataron de que tal vez no eran "el uno para el otro" que "su media naranja" podía estar en otra parte.

Las pequeñas diferencias comenzaron. A México no le gustaba que se dejara llevar por las opiniones, USA detestaba que dijera tantas groserías.

A México no le gustaba cuando su novio miraba sus cicatrices, se sentía juzgado a pesar de estar en silencio.

A USA no le gustaban sus ojos, oscuros y profundos, como si esos ojos supieran todos los pecados que había cometido cada vez que le miraba.

Al principio fueron cosas pequeñas, demasiado pequeñas para hablar de ellas, tal vez un mensaje malentendido o una broma que no terminaba bien. Pero como si fuera una bola de nieve rodando en la cima de alguna montaña todo fue juntándose.

Quebrándolos un poco, generando peleas que no tenían sentido o solución.

"No me gusta que me digas gringo".

"Odio cuando intentas decirme que hacer".

Fue en una de esas tantas discusiones tontas en las que el "gringo" huía conoció a lo que sería su peor enemigo, aquello que le quitó la poca estabilidad que tenía.

ABSTINENCIA (USAMEX)Where stories live. Discover now