O2

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Bien, lo había hecho después de clases, por lo que su respectivo amor platónico se encontraba ya en su casa. Así que decidió teletransportarse a unos arbustos cercanos a ésta, para que nadie se diese cuenta de lo que acababa de hacer.

Trepó un árbol, que daba para la ventana del cuarto de Kaidou. Podía ver que éste estaba concentrado escribiendo en su diario. Le daba curiosidad leerlo, pero lo haría después. Ahora tenía una misión importante.

Así que, sin más, maulló lo suficientemente alto como para que Shun lo escuchara. El chico mencionado se sorprendió y sus ojos brillaron al ver al gato que estaba a pocos metros de su alcance. Se acercó lo suficiente a la ventana para estar cerca de él.

Se dio cuenta de lo mucho que le encantaban los gatos.

–Ven aquí, gatito, gatito. –Habló el joven de ojos carmín, sacando su mano para que el felino tomara confianza y fuera hasta él.

A lo que Saiki correspondió sin pensarlo mucho, saltando hasta la ventana a Kaidou, teniéndolo en sus brazos.

–¡Genial! ¡Un gato! ¿Estás perdido? Parece que sí, tienes un collar puesto, pero no hay ninguna placa. Quizás lo abandonaron. –Esto último lo mencionó con un tono melancólico.

El ahora gato Kusuo se restregó contra las manos vendadas del adverso, queriendo atención y mimos. Shun no dudó en acariciar su suave pelaje, ni siquiera parecía un gato callejero en realidad.

Quitó las vendas de sus manos para así no incomodar al animal frente a él, pasando éstas por su cuerpo, cabeza, orejas y barbilla. Saiki se limitó a ronronear, feliz por la atención que le daba el chico, disfrutando de los momentos junto a él.

De repente sintió bastante sueño, pero sabía que no podía quedarse por mucho tiempo ahí, tenía que irse antes de que su transformación terminara.

Su áspera lengua pasó por el dorso de la mano de Kaidou, éste último sintiendo sutiles cosquillas.
Por último, lo vio fijamente, para después irse por donde vino. Claro que cuando estuvo lejos de la vista de la persona con la que había estado anteriormente, se teletransportó hasta la comodidad de su habitación. Finalmente estando en su cuerpo humano.

Aún podía sentir las manos del chico que le gustaba atravesar su cuerpo, haciendo que Kusuo se estremeciera y una cálida sensación se instalara en su pecho.

¿Había tomado la decisión correcta? ¿O estaba abusando de su poder?

Gatito, gatito. [Saiki x Kaido]Where stories live. Discover now