Que cita mas extraña + Pequeño anuncio

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-(Dios me odia como mínimo...)- se quejaba el rubio demonio mientras estaba siendo arrastrado por la general de pelo azul dentro de la base enemiga, durante el camino vio como la mayoría de soldados estaban viendo a la pareja con una cara de confusión absoluta.

¿Por que siempre le pasaba cosas tan absurdas cómo estás? ¿No podía sencillamente tener un día normal? No pedía algo imposible de hacer como pagar sus deudas, solo pedía que al terminar de hacer un trabajo o misión no le salgan con estupideces más tarde, eso era todo.

Pero no, al parecer a Dios no le parece bien, ya sabía que era un demonio pero esto ya es pasarse.

-Oye, ¿sabes de algo llamado derechos humanos?- pregunto algo molesto el Uzumaki mientras tocaba un poco el collar que tenía puesto en el cuello el cual estaba conectado con una cadena que sostenía Esdeath.

-Nop, ¿que es eso?- pregunto cariñosamente la mujer.

-Bueno en si es un libro largo y que me da pereza explicar de arriba a abajo, pero que en resumidas cuentas se trata de no tratar a las personas como esclavos o perros- respondió algo amargado el Uzumaki mientras que la mujer solo tenía una cara de diversión.

-Meh, las reglas están hechas para romperse de todas formas- respondió con algo de soberbia la mujer.

-Tal vez, pero si sigues tratándome como tu perro, en vez de romper las reglas te romperé las piernas- respondió el Uzumaki ya harto mientras agarraba el collar y de un solo movimiento lo destruía, cosa que puso a todos los soldados aterrorizados ante lo que pudiera pasar a excepción del chico mitad demonio.

Esdeath al ver eso se voltio a verlo con una cara inexpresiva mientras que el ambiente se ponía tenso para todos los que estaban al rededor a excepción de esos dos.

Aunque para sorpresa de todos, Esdeath no se enfureció en lo más mínimo ante esa actitud, sino que solo le sonrió coquetamente al rubio mientras que sus mejillas se volvían rojas.

-Ohhh, ¿un chico rudo cuando quiere eh? Me encantan los de tu tipo- preguntó coquetamente la mujer mientras le daba pequeñas acaricias en la cabeza del rubio, acaricias las cuales terminaron cuando el Uzumaki le quitó su mano encima.

-¿Que acaso eres masoquista o que?- preguntó molesto el joven, aunque no obtuvo respuesta por parte de la general quien solo retomó su caminata mientras era seguida por el Uzumaki.

El cazador de demonios notó rápidamente la mirada de los demás, viendo como algunos se burlaban de el, o lo miraba confundido de ver como Esdeath traía a su nuevo prometido, cosa que lo empezó a impacientar, y bastante, una cosa es que lo miren asombrados por su habilidad y otra que se burlen de él, lo hacia recordar a sus años de estudio.

-¿Ustedes que me ven par de chismosos?- dijo de forma agresiva el Uzumaki, con una voz y aura un poquito demoniaca, y con eso fue más que suficiente para hacer que todos se asusten y se largaran rápidamente espantados del cazador de demonios- lo que se tiene que aguantar...- se quejaba molesto el joven viendo como ahora solo estaban el y su loca enamorada en el sitio.

-Definitivamente escogí muy bien al hombre del que me enamore- dijo ilusionadamente la mujer mientras seguía caminando ilusionada como una niña pequeña.

Aunque el joven Uzumaki pensó que podría sacarle provecho a esa situación, así que sin que ella lo note, su sombra se extendió poco a poco hacia una ventana en la pared, y de una forma un tanto macabra, salió una mano de la misma sombra, la cual con extremo cuidado y sigilo abrió la ventana con despacio para evitar ser descubierto.

-Oye, ¿te gusta el cazar bestias peligrosas?- preguntó curiosa la general mientras se daba media vuelta para ver fijamente a su enamorado, cuya sombra regresó a su tamaño y forma normal.

Un demonio en una revolución (NarutoxDMCxAkamegakill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora