Capítulo 2

1.1K 99 18
                                    

¡Empiezan las actualizaciones!

Ha sido complicado organizar las ideas de este segundo libro, debo de admitirlo, pero de alguna manera conseguí darle una mejor forma.

He empezado con los exámenes pero quise dejaros este capítulo por lo agradecida que estoy con cada uno de vosotros.

¡Disfrutad!

«No soy el pétalo frágil de tu ramo de rosas,soy cada una de las espinas que la rodean

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



«No soy el pétalo frágil de tu ramo de rosas,
soy cada una de las espinas que la rodean.»
– Elegantemente Audaz.




Tal vez me había puesto demasiada sombra negra en los ojos para mi gusto pero creo que es adecuado para la ocasión. Si bien estar aquí me quitaba energía y horas valiosas de mi tiempo, tenía que sacarme este grano en el culo llamado Oscar de mi vida y es que por muy guapo que fuese, era un completo idiota.

Y aquí estaba, preparada para su ataque, sentada frente a él y con pocas ganas de cenar. El muy imbécil se había encargado de pedir los mejores platos esta noche, cosa que ya me lo había visto venir después de haber recibido el mensaje de mi estilista.

— ¿Qué te parece la carne? A mí me parece que está muy buena.

— Preferiría cenar otra cosa hoy pero como has decidido pedir todo por ti mismo, no tengo mucho que decir.

Sonrío falsamente mientras me meto un trozo de carne a la boca con cuidado de no cargarme el pintalabios rojo que me había puesto esta noche. Lo único que me faltaba era eso, estropear mi maquillaje debido a este.

— Puedo llamar al mesero sin ningún problema. He visto en la carta unos platos bastante buenos y...

— Ya sé que te enteraste de todo, Oscar, así que me harías un favor diciéndome todo el manuscrito que supongo que habrás repasado antes venir a verme.

El rubio deja los cubiertos con cierta brusquedad a cada lado de su plato, yo solo me cruzo de brazos y me acomodo mejor en mi silla, lo último que le tengo es miedo.

— Eres una perra.

— Si, bueno, es lo que algunos dicen pero déjame decirte que soy más justa que perra.

— ¿Justa? Mis huevos. Me has sacado más dinero que cualquiera, eres una maldita interesada.

— Creo que tú le has sacado más dinero a otras mujeres de lo que yo te he quitado a ti. Además, esa palabra no se ajusta a esta situación, yo diría que lo hice por una buena causa.— juego con mi pelo restando importancia al asunto— Te hice gastar solo una parte de lo que le robaste a María así que agradécemelo.

No mentía, este tipo se había presentado delante de mi estilista como un enamorado, loco de amor por ella y como María es una persona a la cual puedes convencer fácilmente, acabó creyendo en la charlatanería de Oscar. Cuando se dio cuenta de que solo la utilizaba para sacarle dinero con la excusa del amor, acabó pidiéndome ayuda.

Elegantemente Audaz #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora