「ˢʷᵉᵉᵗ ᵍᵒᵒᵈᵇʸᵉ」

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Con cada paso y acción, los días pasaban, como también semanas, entre meses hasta convertirse en días muy rápidos para cierta pareja.

Jungkook y Jimin.

Desde aquel día con la inesperada propuesta ambos decidieron conocerse y salir a citas para crear confianza, para el castaño fue muy apresurado en un inicio, pero una vez empezó a conocer más de aquel Alfa que lo traía loco, jamás pudo arrepentirse de su decisión.

Ahora con cinco meses de embarazado y conocerse, era muy feliz. Cuando empezaron los antojos Jungkook deseó tanto estar a su lado cumpliendo cada capricho suyo, por Jimin haría cualquier cosa, hasta se desvelaria por cocinar y darle todo el amor que podría necesitar.

Porque así se sentía estar enamorado.

Actualmente Jimin vivía más en la casa de Jungkook que en la suya, estaba feliz, su vida había cambiado completamente y todo se debía a su primer amor. Ya que como jamás tuvo tiempo para sí mismo, nunca pudo conocer a más gente ni socializar.

No podría quejarse.

— Jiminie — la voz del Alfa resonó por las paredes y con una sonrisa fue hacia la puerta para recibirlo.

Claro, con bastante cuidado ya que también tenía a su cachorrito dentro suyo. Al llegar fue recibido por un abrazo y sintió un beso en su barriga haciéndolo sonreír, su pecho se sintió cálido y su corazón empezó a latir ante tan hermoso sentimiento de amor.

— ¿Cómo están los bebés más hermosos del mundo?

— Estamos bien

Jungkook le sonrió y plantó un pequeño beso en su frente mientras su cuello era rodeado por el más bajo, acurrucandose en su pecho, oliendo su fragancia a Café, chocolate y menta. Para muchos era un olor raro, sin embargo ante el olfato de Jimin era lo más rico y tranquilizador que podía sentir.

— Te extrañe — acarició la espalda del menor cerrando su ojo al sentirse completamente tranquilo.

Con Jimin todo era pacífico, gracias a que este emitía su olor a flores, chicle y vainilla, se sentía que estabas en un lugar con olores tan ricos y frescos. Al castaño lo podría describir como el agua y él como un pez, pues, sin Jimin no podría vivir. Era su todo.

— Tengo hambre ¿Me trajiste frappuccino de fresa? — preguntó empezando a revisar las bolsas hasta sentir como era apartado delicadamente.

— Está lloviendo Jimin, te resfriaras

— P-pero ha pasado tiempo s-sin probarla

Pronto las lágrimas se asomaban en sus pequeños ojitos mientras su labio temblaba y hacia un puchero, una imagen tan tierna y convencible ante el Alfa quién siempre caía ante sus encantos.

— Aaah — se revolvió sus cabellos negros — bien, aquí tienes, pero es la última vez que te com-

Sus palabras quedaron al aire cuando de su mano fue arrebatada el frappuccino.

— Gracias, gracias

— ¡Espera! — Jimin miró al mayor — ¿Y mi premio?

El Omega sonrió para ir hacia el pelinegro y dejar un besito en sus labios.

Aquello sorprendió al mayor, pues él sabía que podían dárselo pero eran muy pocas veces ya que aún no quería espantar al menor, por eso estaba sonrojado y feliz de haber recibido un pequeño beso, se conformaba con ello.

Ordenó todas sus cosas en su oficina para cambiarse a un atuendo más fresco, con pasos seguros fue hacia la cocina y pudo ver al menor tomando de su frappuccino balanceando sus piecitos que no llegaban a tocar el suelo. Con una gran sonrisa se puso a su lado besando su frente con amor.

Broken thread ✧ Kookmin┊T.SWhere stories live. Discover now