8taba parte: ¿La Bella y la Bestia o la Princesa y el Mago Malvado?

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Tatiana fue lanzada de lleno a una batalla ardiente con dragones, caballeros y espadas crujientes, todo eso en un cuerpo de dieciocho años.

"¿Pero por qué?" Ella casi chilla, cuando un caballero hecho de sombras casi la ensarta con su espada en llamas. En su lugar, masacró a su contrincante, un caballero con una armadura que se le hacía ligeramente familiar a Tatiana.

¿No era esa la insignia del reino de Lobe, antes de unirse junto con el resto de reinos al Imperio de Obelia?

¡¿Por qué ella simplemente no podía viajar a una dimensión normal?! ¡¡Estaría bien viajando a su mundo original, como Sarah! ¡Vamos! ¡Un último vistazo a su familia! ¡Una triste despedida que cerrara el ciclo! ¡No una batalla ardiente con dragones!

¡Todos menos dragones!

—Princesa Tatiana. ¡Le suplico venga conmigo! ¡Estamos en plena batalla!—una doncella le rogó, señalando los caballos que la esperaban al otro lado del campo—, si Su Majestad el Rey Claude muere será por causa justa. ¡Será salvando el reino!

Tatiana, que ya corría junto a ella, paró. ¿Cómo acababa de decir? ¿Su padre? ¡¿Morir?!

—¿Has dicho que mi padre morirá?—ella chilló.

—Si lo hace, será salvándole a usted y al Reino. ¡Pero... por favor, corra más rápido!—le respondió la criada, halándole del brazo.

—¡¿Morir por qué?! ¡¿Quién lo matara?!

—El mago lo hará. ¡Corra por favor!

¿El mago? ¿Lucas? ¡¿En verdad había tantos mundos en donde él era malvado?!

Oh, no. Ella no iba a dejar que su padre muriera.

—¡Paren!—gritó, enviando una oleada de magia blanca alrededor. Eso hizo el bien de desintegrar los soldados hechos de sombra varios kilómetros a la redonda. Para ser sincera, Tatiana no sabía que podía hacer eso, tal vez había sido su cuerpo adulto manifestando su verdadero potencial, el caso fue que ella se sorprendió tanto como los soldados de Oday, Lobe, Fierce y Llian que bajaron sus armas para verla con la boca abierta.

—¿Pero quién es?—susurró un caballero de Lobe.

—Creo que es la princesa mayor del reino de Oday, Tatiana Day.

—Ha venido a salvar a su padre.

Los rumores entre los caballeros de repente fueron parados por una voz ronca y profunda.

—¿Quién ha interrumpido la batalla?—clamó. Un corcel blanco como la nieve cabalgó entre las filas de caballeros y el cabello color de nieve se balanceó con el cruel viento de la batalla, su rostro severo y las cejas fruncidas, el guapo Rey Roger Alfierce miró con ojos estrechos a la joven princesa—¿Usted?—chirrió, con una imponente voz que hizo temblar las frágiles piernas de Tatiana.

Para fortuna o des fortuna de Tatiana, los tres reyes restantes también cabalgaron hasta ella.

—Princesa... —se lamento el Rey Félix, del reino de Lobe. Su expresión adorable en su joven y guapo rostro era oscurecida por la sangre oscura que teñía su ropa.

—No puedo creerlo, damita—suspiró Arthur Gillian, mirándola con verdadera pena. Tatiana apenas pudo verlo, pero cargaba una corona y... ¡Qué guapo se veía en armadura!

—¡¿Qué hace aquí mi hija?!—bramó Claude. Bajándose de su corcel rubio, él escurría sangre como Félix y sus ojos estaban llenos de cólera. En ese momento, el guapo rostro de su padre embutido en una expresión de absoluta furia hizo que Tatiana temblara.

Las divertidas aventuras de Taña a través de las dimensiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora