Enfermeros

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Entramos en el despacho de LEstrade, el cual estaba tomandose un café.
-¿Qué ocurre Lestrade?- dijo Sherlock.
-Tenemos un nuevo caso en la Catedral St Paul- dijo él -un hombre a sido asesinado junto a los pies de la catedral de forma misteriosa, nadie vió ni escuchó nada-
-Interesante- dijo Sherlock.

Pusimos rumbo a St Paul y al llegar toda la zona estaba acordonada, dado que los hombres de lestrade estaban tomando pruebas.
Me acerqué al cuerpo y me puse a examinarlo con detenimiento.
-Este hombre tiene un disparo a quema ropa- dije señalando su pecho - seguramente usasen un silenciador por eso no se escuchó nada-
-¿Puede comprobarlo?- dijo Sherlock con una sonrisa y arrodillandose a mi lado.
-Sabes que si- le dije sonriendo.

Sherlock comprobó todos los detalles del cuerpo, por supuesto dijo que todas mis deducciones fueron correctas.
Cuando se llevaron el cuerpo fuimos a por un chocolate caliente ya que hacía algo de frío.
-¿estás bien ahora?- dijo él acariciando mis mejillas sonrosadas por el frío.
-Un poco mejor- dije besando su mejilla.
-Me alegro- dijo sonriendo -oye anoche estuve pensando una cosa-
-¿Qué cosa?- dije sonriendo.
-Me gustaría tener un hija- dijo él mirandome.
-¿Qué?- dije tosiendo -Sherlock pero si no hay sitio para otro más-
-Compraré el piso de al lado y haremos una ampliación- dijo él ilusionado - no tardará mucho -
-Sherl...-dije riendo.
-¿Qué me dices?- dijo tomando mis mejillas -piensa en ello, una pequeña detective tan bella como su madre, con su misma sonrisa, sus mismos ojos, su mismo carácter... ¿No suena maravilloso?-
-Diciendolo así si- dije sonriendo- pero me preocupan que los pequeños se celen de ella, ya sabes que un bebé requiere dedicarle mucho tiempo-
-Lo sé- dijo sonriendo - pero sé que los niños incluso nos ayudarán -
-Está bien Sherlock- dije sonriendo -si eso es lo que quieres tendremos una niña-

Sherlock me dió un suave y tierno beso, se notaba que deseaba tener más niños.
Mucha gente pensaba que sería un mal padre pero se equivocaban, le encanta pasar tiempo con los pequeños, enseñarles cosas nuevas, jugar con ellos... era increible como había cambiado en tan solo tres años.

Se acercaba la hora de comer así que fuimos a recoger a los niños a la guardería.
-¡Mami!- dijo Sherlock levantandose de una colchoneta corriendo a abrazarme.
-Hola principito- dije abrazandole y besando tu mejilla -¿Y tu hermano?-
-Se ha puesto malito y está en el baño vomitando- dijo él mientras su padre le tomaba entre sus brazos.
-Voy a verle- dije dirigiéndome al baño donde me encontré con la cuidadora -¿Cómo está?-
-Creo que puede tener algo del estómago deberíais llevarle al médico- dijo ella cuando se abrió la puerta.
-Vale- me arrodillé en el suelo mirando los ojos vidriosos de Hamish -Hola mi amor ¿Estás malito?-
-Si- dijo sollozando mientras me abrazaba -me duele la tripa-
-No llores- dije besando su cabello - llamaremos al tio john y él te dirá lo que tienes que hacer -

Firmamos los papeles para llevarnos a los peques y volvimos al 221.
Hamish ni siquiera pudo comer, se tumbó en el sofá y lo arropé con unas mantas.
-Sherl llama a John para que venga- dije acariciando el cabello de Hamish - hoy tiene el día libre pero sé que por su ahijado vendrá -
-Vale- dijo Sherlock agarrando su móvil y llamandole.

Hubo unos minutos de silencio.
-Hola John- dijo Sherlock -verás es que Hamish está enfermo y dice que no quiere comer porque vomita ¿Podrías venir?-
Hubo unos segundos de silencio.
-Vale perfecto te esperamos- dijo sherlock sonriendo - nos vemos en un rato-
-¿Y bien?- dije yo apoyando la cabeza del pequeño en mis rodillas.
-Vendrá enseguida- dijo él sonriendo besando la mejilla de Hamish -seguro que no es nada principe-
-Yo quiero estar bien mañana para la fiesta- dijo él poniendo morritos.
-Puedes ir a la fiesta pero no podrás comer mucho- dije acariciando su cabeza.
-Además tienes que guardar reposo- dijo Sherlock
Los ojos del pequeño se inundaron de lágrimas y rompió a llorar. Le tomé entre mis brazos y le abracé.
-No le hagas caso mi amor- dije pegando a Sherlock en la tripa -mañana podrás jugar todo lo que quieras y descansas cuando te encuentres mal-
-Vale- dijo entre sollozos.

Al poco tiempo llegó John con Mary. John llevaba un maletín con todo el instrumental que necesitaba.
-¿donde está el enfermo?- dijo arrodillándose junto a Hamish -¿Qué tal campeón?-
-Me duele la tripa tío- dijo Hamish -y si como algo lo vomito-
-¿Qué has desayunado esta mañana?- preguntó John mientras le ponía el termómetro.
-Los cereales el zumo y la leche caliente- dijo Hamish.
-Pero también bebiste un vaso de agua muy fría en la guarde después de jugar- dijo Sherlock Junior.
-Ah entonces ya sé lo que pasa- dijo John riendo -se te cortó la digestión. Mañana estarás como nuevo pero tienes que tomarte este jarabe para la fiebre-
-Vale- dijo él.
-Haber- dijo John llenando una cuchara - solo necesitas una, tranquilo sabe a fresa-

El pequeño abrió la boca y se tomó el jarabe con un gesto un poco raro pero luego parecía agradarle el sabor.
-Que rico- dijo lamiéndose los labios -¿puedo tomar otra?-
-No- dijo John riendo -en un par de horas la vuelves a tomar y otra antes de dormir-
-De acuerdo- dijo él.

El resto de la tarde la pasamos todos juntos hablando sobre el nuevo caso y haciendo de enfermeros del pequeño Hamish.

Siempre contigo (Sherlock Holmes y Tú)Where stories live. Discover now