El Chico Nuevo

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En la Navidad de hace un año...

Rampo había terminado de resolver el caso de secuestro de la hija del Presidente de Japón, trayéndola sana y salva a sus padres, por lo que recibió mucho dinero como recompensa por su arduo trabajo.

Pasaba la noche de Navidad en una cita con Chuuya, pues en su país, Navidad es un día para pasarla con tu pareja, y eso hacían, disfrutar de las calles de Yokohama y de las luces y decoraciones que podría haber.

Caminaban tomados de la mano, sin importarles nada ni nadie, ningún mal comentario o mirada incómoda podrá arruinarles su momento.

Chuuya, ¿estás feliz?

Preguntó el detective, entrelazó sus dedos con los de su pelirrojo mientras lo observaba con ternura y leve rubor en sus mejillas.

— Lo estoy. Todo es hermoso cuando puedo compartir el momento contigo, Rampo.

Le sonrió tierno. Chuuya se detuvo y soltó la mano de su novio, situándose frente a él para observarlo fijamente a los ojos.

— ¿Eh? ¿Qué planeas hacer, pequeño travieso?

Cuestionó el Detective. Presentía una travesura de parte de Chuuya, ya que éste era más joven que él y por lo tanto, tendría ideas más infantiles. Chuuya se abalanzó hacia él, rodeando su cuello con sus brazos, y besando sus labios inesperadamente para Rampo, quien correspondió ignorando a cualquiera que los estuviese viendo.

A escasos diez metros, Kunikida y Dazai, de la edad de Chuuya, 14-15 años, observaban a la pareja y sentían cierta envidia por ellos, por la manera en que confiaron en el otro para demostrarse afecto en público.

El castaño se aferró a uno de los brazos del rubio, y recargó su cabeza en su hombro, haciéndolo sonrojar.

— ¡Oye, Dazai! ¿Qué se supone que haces? En público está prohibido hasta abrazarse, ¡además somos dos chicos! ¡Sólo mira cómo nos miran todos!

— No tiene nada de malo, Kunikida-kun. Somos novios y podemos abrazarnos en Navidad. Hace frío.

Insistió, abrazando más al rubio y acariciando su cara en el suéter del mismo. Era cálido.

TIEMPO ACTUAL.

— ¡Atsushi-kun! ¡Llegarás tarde al jardín de niños! ¡Apresúrate, cariño!

Llamaba la madre de Rampo, quien se encargaba de dejar a su nieto hasta la puerta del preescolar donde asistía, aunque anteriormente Chuuya los acompañaba.

— ¡Ya voy abuelita!

Gritó en respuesta. Se ponía sus zapatos en la entrada de la casa.

— Atsushi, ¿no te olvidas de nada?

Preguntó el pelirrojo. Estaba sentado al lado del niño, poniéndose sus zapatos y tomando sus cosas para su primer día de clases en la Universidad.

— No, mami. Llevo todo en mi mochila—. Respondió emocionado. Amaba su escuela.
— Mamá, ¿puedo comprar dulces hoy?

— Claro, sólo no comas mucho, podrían hacerte daño.

Aconsejó Chuuya.

Chuuya estaba por cumplir los 20 años, estudiaba en una Universidad diferente que tuvo que dejar debido al bullying que le hacían por los mismos rumores que perduraban incluso con los años. Aunque sabía que todo era verdad, no quería que su imagen se viera afectada sólo por haber amado y amar todavía a Rampo, el único hombre en su corazón.

DESTINY [SOUKOKU] [MPREG]Where stories live. Discover now