FINAL: Quiero mi te amo

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Emilio POV

Llevaba toda la semana evitando ir a la casa, al final no había tenido el valor para dejar el lugar vacío por miedo a que se deteriorara una vez más, pero ahora con nuestros recuerdos en ella, así que aprendí a vivir con los fantasmas de cada habitación, Alejandra creía que estar ahí no era lo mejor para mi recuperación, pero en mi pecho sentía que irme sería incluso peor, el problema era que los últimos días el dolor de cabeza era tan fuerte y las pesadillas tan frecuentes que terminé por evitar las noches, al menos lo más que me era posible.

Me pasaba todas esas horas adelantando trabajo, terminando el contrato que finalmente había logrado llevar a cabo con aquellos inversionistas que creía perdidos, logré sacar a Marco y Carlos de la empresa con un voto unánime en la mesa directiva y la empresa poco a poco volvió a ser tan eficiente como un reloj de cuerda que iba solo con un pequeño empujón. En las revistas de negocios me nombraban uno de los hombres mejor posicionados en la industria, las acciones estaban por los cielos y la fortuna familiar probablemente me duraría hasta después de muerto, pero no podía evitar pensar en la irónica que era la situación.

Esas mismas revistas me llenaban de elogios y repetían lo afortunado que era, ignoraban lo miserable que era mi realidad, esas grandes cifras no bajaban porque mis gastos se reducían a insípidas comidas congeladas y botellas de whisky que me acompañaban cada noche de insomnio. Ellos no sabían que llevaba dos meses visitando una clínica para intentar controlar las migrañas y soportar mantenerme despierto más de un par de horas, no tenían idea que a veces me pasaba horas sentando en el columpio que mi cachorro tanto amaba, tan solo para tener la sensación de algo que aun me uniera a él.

Y me había esforzado para que no lo supieran, la prensa no había pasado por alto los rumores de mi próxima boda con el heredero de Uberto Bondoni desde el día en que lo traje a vivir a la casa, en aquel momento no les preste demasiada atención, no importaba lo que dijeran mientras no dieran mayor información de Joaquín de la que habían tenido hasta ese momento, pero ahora todo era diferente, él había pasado por demasiado en muy poco tiempo, no quería que justo cuando intentaba tener una vida normal, la atención se volcara sobre él.

Contraté una agencia para manejar lo que se decía de mi castaño, no quería su nombre en ningún artículo, nadie podía publicar fotos suyas sin esperar una demanda por parte de mi legión de abogados, le prometí que tendría la vida que se merecía y así se me fuera la vida en ello, me aseguraría de que ocurriera.

Conseguí folletos para diferentes universidades en las que creía podría estar la carrera adecuada para él, sus programas de estudios eran envidiables y las actividades extracurriculares le gustarían, no podía mostrárselos yo mismo, pero podía pedirle a Niko que lo sugiriera. Incluso había hablado con un par de contactos dentro para conseguir recorridos guiados solo para ellos, Joaquín podría conocer los campus al inicio del siguiente semestre junto a Nikolas o su amigo de la preparatoria.

Quería que todo estuviera arreglado sin importar lo que pasara conmigo, porque no estaba seguro que sucedería en los próximos meses, Alejandra no estaba logrando subir mis defensas, en realidad cada semana parecía estar peor, sin importar cuantos medicamentos tomara o cuanto intentara descansar. Estaba aceptando el peor de los casos, enfocándome en que mi cachorro tuviera el futuro más brillante que pudiera conseguirle, la empresa quedaría en manos de Roy hasta que Joaquín terminará sus estudios, entonces él podría decidir que hacer con ella, venderla, conservarla, al final, sabía que haría lo mejor para todos.

La casa estaba a su nombre, las fortunas de mi familia y suya estaban en un fideicomiso en caso de mi muerte, y aun contra las exigencias de Alejandra, me aseguré de tener todo pagado para ese día, no quería que Joaquín o Nikolas tuvieran que organizar algo en mi nombre, prefería terminar rápido con el papeleo y que ambos siguieran con sus vidas. Igual que lo hizo mi padre cuando supo que no había forma de detener lo inevitable.

CachorroWhere stories live. Discover now