Capítulo 1

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A veces sabes que te vas a hundir, pero eso note importa porque crees que vale la pena

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A veces sabes que te vas a hundir, pero eso no
te importa porque crees que vale la pena.

Que esa persona lo vale. Yo creí eso y termine más que hundido de lo que me imaginaba.

Siempre iba por la vida creyendo que todo era color de rosas y que todos eran dulces personas. Solo quería seguir manteniendo esa inocencia de la vida, como cuando eres joven y crees que no existe la maldad.

Gravísimo error mío.

Bajé del avión con destino al lugar dónde nací y viví toda mi infancia, después de años viviendo en el extranjero a mi temprana edad. Tomé un taxi hacia la hacienda, mientras recorría las calles viejas que algún día fueron mi hogar, sintiendo una enorme nostalgia porque todo me recordaba a una parte de mi vida en la que era feliz.

El taxi se detuvo en frente de la entrada. El lugar todavía se mantenía como nuevo a pesar de algunos años, con la firmeza y la belleza de siempre.

El prado verde cubría todo el terreno haciendo que la vista fuera agradable, dándole ese aire fresco y natural. La brisa me abraza con un ligero rocío, mientras que el sol calentaba mi cuerpo. El silencio del paisaje verde me transmitía tranquilidad y un sentimiento por volver a sentir esa esencia familiar, la cual comenzaba a olvidarme.

Me detuve un momento para observar el perímetro y proceder a entrar por la puerta trasera, haciendo lo posible para no llamar la atención, a pocos metros vi una figura femenina que reconocí por la voz a lo lejos.

Mamá.

Me acerqué a ella con pasos silenciosos por detrás para sorprenderla, cuando estaba cerca de ella me apresuré a poner mis manos sobre sus ojos marrones y sorprenderla con mi vuelta a casa.

—¿Apuesto que no adivinas quien soy?—dije entre risitas.

Al principio se asustó con mi sorpresa, pero cuando escuchó mi voz se mantuvo estática en su sitio sin creerlo aún. Volteó atrás suyo lo más rápido que pudo para abrazarme fuerte hasta que el aire me faltará, dejando así marcas de sus besos por todo mi rostro y cuello.

Su aroma dulce invadió mis fosas nasales haciendo que recordará los abrazos que recibía de la mujer más importante de mi vida. Ese perfume que descendía de su pelo perfumado, me guió a recuerdos de aquellos días en los que solo era un niño travieso y alegre.

—Te extrañe demasiado, hijo mío—dijo entré sollozos, apachurrando mi ropa.

Le de volví el abrazo y nos dimos un tiempo para platicar un poco sobre los años que pasaron desde que me fui de casa.

Ya casi siete tres años desde la última vez en que no retornaba a la pequeña ciudad dónde mis padres y hermano vivían. Siete años en los que sentía su ausencia, el calor de su amor y el apoyo que solo tu familia podía otorgar.

Un dolor en mi corazónWhere stories live. Discover now