Kakashi Hatake

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Kakashi nunca fue sensei y siempre estuvo en ANBU
Inspirado por: sofia_9526

La ví salir del hospital con un moño sujetando sus mechones de cabello rosado, la falda del vestido borgoña se le ceñía en las caderas apretando demás sus muslos que lastimosamente eran cubiertos por unas licras de color negro, su bata blanca colg...

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La ví salir del hospital con un moño sujetando sus mechones de cabello rosado, la falda del vestido borgoña se le ceñía en las caderas apretando demás sus muslos que lastimosamente eran cubiertos por unas licras de color negro, su bata blanca colgaba de su antebrazo y un manojo de papeles iban en su mano izquierda.

Cómo de costumbre la oscuridad acompañaba su andar, justo a las 10:15 pm como todos los días, escondido en las sombras la acompaño a culminar su rutina diaria.

10:20 Comprar ramen miso de cerdo.
10:30 Saludar de lejos a Ino al pasar por la florería.
10:40 Comprar una orden de 3 de onigiris rellenos de umeboshi.

De los cuales solo se comería uno y los otros 2 los guardaría para desayunar al día siguiente con una taza de té.

11:50 Comenzaría a alejarse del centro de la aldea para dirigirse a su casa, cenar, ducharse y dormir.

La brisa golpeó derrepente al no tener estructura alguna que detuviera su sopló, provocando que Sakura se envolviera así mismas con sus brazos sosteniendo las bolsas llenas de comida que llevaba en sus manos, miro sobre su hombro, algunos puestos comenzaban a cerrar y apagar sus luces, como todas la noches.

De techo en techo no le perdía la pista a la pelirrosa, conocía en dónde pisar, como caer, dónde cambiar de lugar y justo ahora debía saltar al arbol a su izquierda y seguir su camino a través de las ramas y hojas que ocultaban su presencia.

Todas las noches que tenía la dicha de estar de descanso en la aldea, ese deseo enfermo de seguirla lo envolvía con una fuerza feroz, no podía evitar preguntarse que estaría haciendo, con quién estaría hablando, como estaría peinada o vestida...con los años ya sabía mucho de su rutina y rara vez cambiaba.

Poco la conocía, su sensei era la rubia loca, es decir la Quinta, no tenía equipo, solo tenía 3 amigas, Hyuga, Yamanaka y Shizune, trabajaba de 8 am a 10:15 pm en el hospital de Konoha, los fines de semana entrenaba en las mañanas y en las tardes leí, veía películas o salía junto con alguna de sus amigas al mismo bar shinobi de siempre, solo lo miércoles compraba dos ordenes de dangos y se los comía de una sola sentada.

Realmente su rutina diaria no cambiaba, eran demasiado predecible los movimientos que hacía, sus compras y sus gestos, como el que ahora veía detenidamente, siempre se envolvía con sus brazos cuando el viento soplaba contra ella, fuera primavera o invierno jamás cargaba un suéter consigo, además que siempre delante de la tienda de yukatas se giraba a ver por última vez la aldea, observando los puestos cerrar.

Ambos siguieron su andar hasta la casa de Sakura, esta última sin saber que iba acompañada por un hombre vestido completamente de negro, con una playera sin mangas que dejaba a la vista los músculos bien delimitados de sus brazos, a la altura del hombro izquierdo un tatuaje con tinta vino sobresalía de su piel, su rostro oculto detrás de una máscara blanca con líneas rojas y de apariencia animal, sobre ella relucía mechones plateados rebeldes que no se dejaban ocultar.

One shots Sakura HarunoWhere stories live. Discover now