Tras perder a su novio a causa de una enfermedad terminal, Yoon Jeonghan se ve atrapado en un mundo sin sentido, lo único que lo mantiene con vida es saber que el corazón de Jisoo late en el cuerpo de alguien más a petición suya.
Años más tarde, di...
Los ojos de Joshua se llenaron de ese brillo único que los caracterizaba, y sin necesitar palabras para expresar su respuesta, tomó a Jeonghan en un abrazo antes de fundir sus labios con los suyos en un beso un tanto desesperado pero sin perder ese toque de dulzura que Jeonghan correspondió gustoso.
Minutos después, sus acciones subieron de tono, ahora sus manos exploraban el cuerpo del otro en una sensual danza de caricias y besos. Poco a poco, sus prendas fueron cayendo al suelo, dejándolos expuestos en toda su naturaleza. Sus miradas llenas de amor eran suficiente para expresar sus sentimientos, y así, sin ningún rastro de vergüenza o timidez, cayeron en la cama completamente desnudos.
Joshua se posicionó sobre Jeonghan antes de atrapar sus labios de nueva cuenta mientras sus cuerpos se fusionaban con cada roce al mismo tiempo que liberaban suspiros que morían en la boca del otro.
La previa preparación estuvo lista en cuestión de minutos, y no necesitaron alguna otra señal para saber lo que seguiría a continuación. Jeonghan tomó la erecta anatomía de Joshua y la dirigió hacia su estrecho orificio, invitándolo a adentrarse dulce y profundo.
Un gemido abandonó sus labios cuando Joshua hizo lo indicado y se hundió con lentitud al mismo tiempo que tomaba sus caderas para un mejor agarre. Permaneció quieto por un momento, sólo mientras Jeonghan se acostumbraba a la sensación.
Mientras eso sucedía, Joshua no dudó en repartir besos por los labios, mandíbula y cuello del contrario al mismo tiempo que regalaba a su anatomía un poco de placer con inexpertas caricias que lograron su cometido haciendo a su receptor liberar vocalizaciones de placer.
Finalmente, después de aquel excitante juego previo, Jeonghan dio a Joshua la señal de que se encontraba listo, y el mencionado, sin dejar pasar más tiempo, comenzó a moverse lentamente.
Lo que Jeonghan sintió no se podía describir con palabras, pero aquellos suspiros y gemidos eran la clara prueba de que estaba disfrutándolo. Joshua era suave en sus movimientos, como si tuviese miedo de romper a Jeonghan, pero aún así, lograba tocar ese punto de inmenso placer en toda su dimensión. Lo único que Jeonghan podía hacer era cerrar sus ojos y dejarse llevar en el acto.
Joshua por su parte comenzaba a moverse cada vez más rápido, adquiriendo más confianza a cada minuto, así que más temprano que tarde, la habitación se llenó de gemidos, suspiros y respiraciones aceleradas.
Sus labios se encontraban con pasión al mismo tiempo que sentían su propio clímax acercarse con cada movimiento. Jeonghan se sentía en las nubes y sabía que Joshua se encontraba de igual manera porque sus expresiones no podían ocultarse.
Pronto, los movimientos de Joshua se volvieron aún más rápidos, erráticos, sin ritmo establecido, indicando así que el punto de no retorno estaba cerca. Jeonghan se sentía de igual manera, pues el cosquilleo en su interior era una clara señal, así que, luego de ser embestido un poco más, Jeonghan sintió estremecerse, liberándose así con un largo gemido que Joshua acalló con un largo beso antes de alcanzar su propio clímax, llenando a Jeonghan de sí mismo.
Joshua salió de Jeonghan con cuidado y se recostó junto a él, ambos se miraban con amor al mismo tiempo que se regalaban besos y caricias. No sabían que ocurriría a partir de entonces, pero por ese momento, no querían pensar en nada más.
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