Capítulo 2: Ruby

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Todo es perfecto. Desde el sol que brilla ahí arriba, hasta el suave sonido de las olas rompiendo en la orilla. Estoy acostada en una tumbona con los ojos cerrados, pero no duermo. Solamente siento el calor, la brisa marina, el olor a mar. A mi lado hay un tazón de frutas variadas y frescas, que alcanzo con la mano. Atrapo una fresa. Es dulce y jugosa.

Suspiro tranquila.

Estoy en paz y tranquila. Estoy bien aquí, estoy a salvo. No hay problemas ni preocupaciones. Estoy exactamente donde quiero y debería estar.

Sólo que... no.

De repente, suena como una explosión justo delante de mí, arrancándome violentamente de mi paraíso. Es tan rápido que me despista y casi me caigo de la silla. Con el corazón acelerado, miro alrededor, tratando de averiguar dónde estoy. Veo las caras de mis colegas, sentados en sus mesas interactivas, algunos conteniendo sus risas, otros poniendo los ojos en blanco. Pero es la persona que está delante de mí la que me preocupa.

Otra vez no...

—Srta. Well, si no duerme lo suficiente por la noche, le aconsejo que ni siquiera se presente en mi clase.

Sí, no estoy en ninguna playa. No estoy en ningún lugar maravilloso donde pueda respirar. No. Estoy en la clase de Historia General de la Tecnología del Mundo Antiguo , donde me dormí... otra vez. Miro la mano que aún está apoyada en la mesa que golpeó. Mis ojos suben lentamente, siguiendo su brazo, hasta llegar a la cara de enfado de la profesora Maybell Ariston, que me mira como si quisiera hacerme pedazos... Tal vez lo haga algún día. Incapaz de enfrentarla, miro hacia mi regazo, donde descansan mis manos.

—Lo siento, profesora, no volverá a suceder. —Las palabras me raspan la garganta cuando las obligo a salir.

—Espero que no. —Vuelve al frente del aula—. Bastante suerte tiene ya de que no la eche.

No es suerte. Eso es lo que todos deben estar pensando ahora mismo, a juzgar por sus expresiones. A mis espaldas, oigo a una chica que, fastidiada, dice algo con la palabra "privilegiada". Sólo que bueno... al final es suerte, sí. Es una suerte haber nacido en la familia Well, y que mis padres sean dueños de la mayor compañía que suministra y mueve el país.

Entonces, adelante. Ja ja ja. Que se rían todo lo que quieran. Pongo los ojos en blanco. Que comenten, ya estoy vacunada. Ser una Well implica saber cómo lidiar con lo que la gente dice de ti, así que ignoro las risas y los susurros que escucho a mis espaldas y me concentro en la clase.

Proyectada al lado de la profesora Ariston, está una reconstrucción virtual en 3D de una ciudad del Mundo Antiguo. La profesora está diciendo algo, y durante los primeros minutos, logro escucharlo, pero esto es muy aburrido. Ni siquiera sé para qué necesitamos saber estas cosas. Estando en una escuela de ingeniería con alta tecnología, ¿a quién le importa que los primeros ordenadores ocuparan aulas enteras y leyeran las instrucciones de una tira con agujeros si esos fósiles ya no existen hoy en día? Además de que esta disciplina es inviable a largo plazo porque el comienzo de la tecnología puede tener un punto más o menos definido en el tiempo, pero el final no. La tecnología seguirá evolucionando, así que, ¿qué harán? ¿Añadir más y más contenido a esta asignatura? ¿Hasta qué punto se espera que los estudiantes aprendan todo? La única manera sería generalizar aún más, pero ¿a partir de qué grado de generalización ya no se justifica la existencia de una asignatura universitaria? Este tipo de tema es interesante, pero en la historia, la arqueología o...

Parpadeo rápidamente cuando me doy cuenta de que estoy divagando. Estoy perdida otra vez. Miro mi escritorio y veo la aplicación de la libreta abierta, pero sin una sola nota. Podría tomar notas, debería tomar notas, pero no tengo ni idea de lo que dice la señora.

Hilos de OroWhere stories live. Discover now