V E I N T I S É I S

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Noah

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Noah.

El despertar era mucho más dulce hoy.

Me removí en mi cama, sintiendo como un cuerpo se encontraba contra el mío y sonreí al recordar como ayer luego de nuestra primera vez habíamos conducido hasta mi apartamento para cenar algo apropiado y luego dormir juntos.

Sí, la vida era realmente dulce cuando se lo proponía.

Eh, preciosa. –Susurré, brindándole suaves caricias a la cintura de Emily, pues ésta se encontraba con su espalda presionando contra mi pecho. - es hora de despertar.

¿Iremos a correr? –Se lamentó ella en respuesta contra la almohada y solté una suave carcajada, negando con mi cabeza mientras depositaba un cálido beso en la zona de su brazo que quedaba expuesto, ya que anoche había decidido utilizar una de mis camisetas como pijama. -

Lo cual no podía negar, me encantaba, adoraba ver como lucía su figura en mis camisetas.

No iremos a correr, cariño. –Aseguré, tirando de su cuerpo para que volteara en mi dirección y tener la oportunidad de rodear su cintura con mis brazos para acercarla a mi cuerpo. - pero podemos ir en busca de un delicioso desayuno.

¿A la cafetería de tu madre? –Preguntó Emily con sus ojos aún cerrados y deposité un beso sobre sus párpados, lo que produjo que finalmente abriera aquellos azules ojos y me permitiera apreciarlos. -

No, mi madre no trabaja los sábados. –Mencioné con una pequeña sonrisa en mis labios y capturé sus labios en un cálido beso a modo de buenos días. - hay una cafetería a solo dos calles de aquí, es sensacional. –Informé, brindándole suaves caricias a la piel de su espalda, pues la camiseta se había subido. -

Sigo prefiriendo a tu madre. –Musitó mi chica contra mis labios y reí contra ellos, besándolos de manera corta para luego sentarme en la cama y llevarla conmigo, causando que estuviera sobre mi regazo esta vez. -

Es hora de descubrirlo, dormilona. –Dije, rodeando con uno de mis brazos su cintura y con otra de mis manos capturando su mandíbula para besar sus labios de una manera correcta, con Emily un poco más despierta y entregándose a mis caricias. - ¿cómo te sientes? –Pregunté, pues recordaba los dichos sobre las primeras veces de las chicas y lo mucho que dolía al siguiente día. -

La hermana de mi mejor amigo se removió contra mi regazo y apreté la mandíbula duramente, sabiendo que hacía todo intencionalmente por la sonrisa que adornaba su bello rostro, mis manos se aferraron a sus caderas e impedí que siguiera con ello, pues si continuaba nada nos detendría de continuar en la cama durante horas.

Creo que me siento bien. –Murmuró en respuesta y rodeó mi cuello con sus brazos, acercando nuestros rostros para besar mis labios nuevamente, sin embargo, el sonido de mi móvil sonando en la mesa de noche nos interrumpió. -

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