Capitulo Doce

100 28 2
                                    

Plann

Habrá pasado bastante tiempo desde que me marché, pero recuerdo perfectamente todo el camino hasta llegar a la casa frente a la que me encuentro. Aunque es un poco absurdo que lo diga ya que estuve hace no tanto en realidad, considero importante recordarlo puesto que hoy mismo, estar aquí significa encontrarme de una forma diferente con Mean.

También supongo que supone mucho más que eso, ya que estar en esta casa cuando pueda entrar, porque yo ya no tengo llaves, me traerá recuerdos de cuanto vivimos por aquel entonces y no se como los voy a asumir.

Parando frente a esta puerta, apoyándome en ella, me permito tomarme unos minutos con los ojos cerrados, pensar en que voy a decirle cuando le vea, si es que no se ha arrepentido y directamente no aparece dejándome plantado.

O al menos eso creo, sintiendo de un momento a otro como mi cuerpo cede, yéndome sin previo aviso hacia atrás, casi cayendo al suelo de no ser por las dos manos que de mi cintura me sostienen.

— Plann.. escuché pasos y pensé que llamarías —me giro, mirándole directamente a los ojos —no sabia que estarías así. Deberías entrar.

— ¿Por qué estás tan nervioso? —entro en la vivienda —¿o has tomado varias dosis de café antes de llegar yo?

— No estoy nervioso —se dirige hasta esa sala que también recuerdo.

Siguiéndole, no siendo tanta la distancia que recordar y viendo que todo sigue igual, miro cada detalle, viendo que no es del todo así dado que esa mesita central contiene tres vasos vacíos, los cuales podría asegurar que si contenían café y por eso Mean está que parece que de un momento acabará subiéndose por las paredes o peor aún por tanta cafeína en su organismo.

— ¿Nos sentamos? —señalo el sofá —lo necesitas Mean.

— No me digas lo que necesito —le miro, tomando asiento algo nervioso —no sabes tanto de mi como crees Plann. No te creas que por aceptar quedar aquí contigo vas a tener todos los derechos de hacer lo que te plazca conmigo.

— Tu me pediste vernos —le recuerdo —¿es para que me hables así?

— Me vais a volver loco entre todos.. Perth, tu, Itthipat..

— Ya se que te pensabas que Perth y yo tenemos algo pero no es así, Mean tienes que creerme —intento tomar sus manos pero me detiene —no se como puedes pensar que después de tanto tiempo que estuvimos tu y yo juntos, me iría con tu mejor amigo.

— Perth me confesó sus sentimientos.

Mirándole fijamente, no creyéndome en esas palabras que acaba de soltar como si fuese una mecha corta en una bomba que acaba de explotar, intento asimilar eso, sin mucho éxito en ello.

— Me besó y si, yo pensé que vosotros teníais algo por como actuabais los dos —le veo buscar en el bolsillo, sacando ese anillo —seria extraño aceptar que mi ex novio, el mismo que me dio este anillo pidiéndome matrimonio, estuviese rehaciendo su vida con mi mejor amigo. Tanto o incluso más que reconocer algo entre vosotros. Deberías tener tu esto.

Mean, que ha evitado que tocase sus manos, ahora sostiene las mías, dejando ese anillo sobre la izquierda mía, de forma que parece decidido, como si realmente me estuviese diciendo adiós.

Quizá por esta acción él parece que me está diciendo adiós, pero viendo sus mejillas enrojecidas, sus ojos bañados en esas lágrimas que hacen que mi corazón se quiebre hasta el punto de acercarme sin dudarlo, envolverle entre mis brazos, protegiéndole aunque no tenga tanto derecho a ello por ser el responsable de todo cuanto sucede, siente, le duele, le quiebra..

— Mean —le hago mirarme —se que no te merezco y lo diré mil veces si es necesario. Actué mal, los dos lo hicimos a nuestra manera, tu no contando con mi opinión, yo abandonándote por no pensar más que en mi mismo ese mismo día. Quiero estar contigo aunque sea solo en calidad de amigo. Estoy dispuesto a asumir cualquiera que sea tu decisión. Pero no puedo verte llorar, ni tan roto. Porque con cada lágrima que escapa de tus ojos, siento que mi corazón se rompe a pasos agigantados.

— Ninguno merecemos nada de esto Plann —parece seguro —y deberíamos encontrar la forma para que nadie salga mal parado por nuestra culpa, nuestras decisiones tanto las pasadas, como las presentes y las futuras. No se si seremos solo amigos, si un día decidiremos o dejaremos que nuestras vidas vuelvan a ser como pareja o.. no lo se Plann.

— Tenemos que pensar en nosotros Mean —ambos miramos los ojos del contrario —olvídate por un momento de los demás. Solo estamos tu y yo, los que tenemos que solucionar todo esto. No se que decirte con respecto a lo de Perth más que lo mucho que me incomoda saber que tu si podrías llegar a tener algo con él puesto que tiene sentimientos por ti. Si tu salieses en calidad de novio con otro, ya sea Perth que otro no me quedaría de otra que aceptarlo, pero al mismo tiempo seguiría luchando como haga falta para que sepas que estoy dispuesto a recuperarte.

Sentados en este sofá, en el cual tan buenos y tranquilos momentos hemos pasado, así como también pasionales, bonitos, de tantas formas que ahora no puedo ni recordar, seguimos mirándonos, envueltos en un silencio que no se me hace tan incomodo, no así como la forma en la que ahora mismo Mean me está mirando, fijando su atención por unos segundos en el anillo que sigue en mi mano, tal cual lo ha dejado hace unos minutos.

— ¿Intentar ser amigos es una opción valida ahora mismo? —asiento porque así lo creo —podemos intentarlo si.. pero no quiero que pienses en eso.

— ¿En que no quieres que piense? —no comprendo a que se refiere realmente —¿en que podamos ser algo más?

— En que tendré una relación más allá de la amistad con Perth —cierra mi mano, ocultando el anillo —le he dejado claro que no siento lo mismo y de igual forma también te lo digo a ti. No quiero una relación con mi mejor amigo. Habrá pasado un año y mil cosas, pero no seria capaz de estar con alguien que no seas tu. Aunque ahora solo vayamos a ser amigos, soy yo quien te garantiza que no voy a salir con Perth ni ningún otro. Tengo que ir a casa.

Por mi cabeza pasa el decirle que estamos en casa pero es tan surrealista pensarlo siquiera que solo puedo negar, sonreír aunque me gane una mirada confusa por su parte, poniéndonos ahora en pie, siguiéndole fuera de esta casa que si seguirá siendo nuestra, pero no es posible considerarla un hogar cuando ahora mismo somos como dos extraños que inician una relación.

Estando ahora en la calle, frente al hogar donde tantos recuerdos quedan guardados tras esa puerta cerrada con llave, me permito una vez más abrazarle, no queriendo que este momento acabe, menos aún por como me corresponde por unos segundos que atesoro así como la sensación que me permite sentir sus brazos, los cuales ya no me rodean, viendo como Mean se aleja con paso lento, perdiéndose del alcance de mi vista.

En solo un rato, por todo lo que siento en este instante, he descubierto que a Perth ya no le puedo ver como un amigo sino como un rival, pero hay algo más importante y es que, aunque me cueste, el paso está dado porque Mean y yo vamos a seguir en la vida del otro.

Mirando este anillo, sonriendo confiado y con todos mis sentimientos despiertos nuevamente, confío en que seré yo quien ocupe nuevamente su corazón, un espacio a su lado que nunca más volveré a dejar libre, porque Mean es y siempre será la persona a la que más amé en este mundo.

Guardando el anillo, confiado en mis palabras y pensamientos, vuelvo a mi propio hogar, echándome en mi cama directamente, escribiendo en mi móvil, en ese espacio donde hasta ahora solo tenia un par de huellas como si fuesen mis emociones, lo que siento ahora mismo.

Fuiste a quien dejé escapar marchándome, soy el que protegerá tu corazón.

SoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora