¡Cuida de él! ¡No lo dejes ahí! ¡Ve por él, rápido! !Ponte de pie, YA! Las voces no paraban de gritar en mi mente una y otra vez, se detuvieron hasta que logre ponerme en pie y llegar al único chico que quedaba en el bus. El dolor de mis costillas quebradas era insoportable, pero sabía que si decidía salir sin ese chico las voces de Kenan y Dimitry no dejarían a mi mente descansar. Era tiempo para que mi mente descanse, y si ese chico era mi pase a la tranquilidad no me quedaba de otra.