Sufriendo derrota tras derrota, el cuerpo del hombre estaba al límite... se rompía a pedazos... pero, aún no podía morir, tenía un asunto pendiente: derrotar a su hermano gemelo. Con su último aliento tomó la espada para desenfundarla y contemplar una última vez su pálido rostro en el filo de la hoja. Sin pensarlo dos veces se apuñaló de manera violenta a sí mismo y haciendo uso de sus últimas fuerzas pronunció el siguiente conjuro: ¨Pesada cadena que se congela alrededor de mis huesos¨ Para derrotar a su hermano sólo pudo hacer una cosa con sus quebradizas emociones y su débil carne: ¡Necesitaba separar al hombre del demonio con la fuerza de Yamato!... Y finalmente el hombre se convirtió en un verdadero demonio. Ahora el joven que representaba su parte humana vaga sin descanso en una carrera contra el tiempo para frenar los estragos que el demonio ha causado, su único objetivo es mantenerse con vida el tiempo posible hasta que consiga unir al hombre y al demonio de nuevo en un mismo ser, pero... la dulce melodía de una voz femenina conseguirá ponerle en duda... de que camino es el que debe tomar.