Lalisa Manoban era un dulce desastre, tan dulce como los dulces y cartas que siempre dejaba en el escritorio de la chica que se robó sin querer su corazón, porque un destino con Jennie Kim debía saber a caramelos.
Lalisa Manoban era un dulce desastre, tan dulce como los dulces y cartas que siempre dejaba en el escritorio de la chica que se robó sin querer su corazón, porque un destino con Jennie Kim debía saber a caramelos.
↪Lisa y Jennie se conocieron años atrás en una circunstancia demasiado diferente a la de hoy en día. Sin embargo, ahora, siendo alfa y omega, se establecieron en una bonita granja a las afueras de la...