Eviexfemale
Conoce a Ava Olympus una chica con sangre de Dioses pero no del Dios que tu crees, la sangre que corre por sus venas es de un Dios en particular
Conoce la historia de esta semidiosa que solo quería ayudar a los jóvenes de la Isla y term...
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Narra Amira
Salí de mi dormitorio con ropa deportiva, normalmente voy a correr con las chicas pero Zoe tiene que terminar un proyecto y al intentar levantar a Ava solo logré escuchar quejidos de su parte por lo tanto me toca correr sola. El ejercicio es parte importante en nuestra vida, nos gusta correr en la mañana por qué es como un ejercicio terapéutico, reduce el estrés y libera la mente
Caminé hasta llegar al campo de Tourney donde estaban los jugadores y el entrenador, aún era temprano por lo que pocas personas estaban despiertas. Pasé mi brazo por sobre mi cabeza estirando mis músculos, hice lo mismo estirando mis piernas, después de unos minutos sentí que alguien me observaba de una manera intensa, tal vez sea mi imaginación pero por si las dudas volteé a los lados deteniendo la mirada en las gradas, unos metros alejados estaba sentada la hija de Maléfica observándome con un cuaderno en su regazo, cuando nuestras miradas cruzaron ella volteó la cabeza
Me di la vuelta poniéndome de espaldas a ella y toqué la punta de mis pies con las manos haciendo resaltar mi trasero
Que la villana se deleite con la vista
Seguí calentando en posiciones que hacían resaltar mis atributos, no se la intención de su mirada pero que disfrute, decidí darme la vuelta y caminar hasta ella moviendo las caderas
–Hola Mal–saludé al borde de las gradas, la villana estaba tres escalones arriba, fingió no escucharme con la mirada en su cuaderno–Mal–repetí más fuerte logrando que me mirara
–Ah, hola Amira–saludó desinteresada mirándome con esos penetrantes ojos verdes
–¿Que haces despierta a esta hora?–cuestioné levantando una ceja
–No podía dormir–respondió encogiendo los hombros y volviendo a bajar la mirada
–¿Te apetece correr conmigo?–subí hasta colocarme a su lado, intenté ver que hacía en su cuaderno pero lo cerró cuando me senté–Tranquila mora–susurre levantando las manos en señal de paz–¿Que dices? ¿Vamos a correr?, el ejercicio es bueno para la mente y el cuerpo–informé volviendo a sonreírle coqueta
–Primero, no me digas mora–sentenció golpeando levemente mi pecho con su dedo índice–Segundo, no quisiera humillarte al ser más rápida, seguro eres una tortuga y no me gusta esperar a nadie–comentó con una sonrisa burlona, abrí la boca fingiendo estar ofendida
–¿Que te hace creer que eres más rápida que yo?–pregunté con una mirada retadora
–En la Isla debía correr todo el tiempo para robar y no ser atrapada–respondió con orgullo–También saltaba en los tejados, tengo mejor condición física que tu princesa Agrabah–levantó el mentón con aires de grandeza
