"Que bueno fuera."

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-Pelvis Presley.-Me dijo sebastian, para serles sincera me emocione.

Me baje la camisa, me estaba midiendo mi busto,antes de que el tocara veia un programa sobre las "medidas perfectas"

Por cierto mi busto mide los 90 exactos si se lo preguntaban.

-Holaaaaa, me salvas de morir de aburrimiento.-le dije mientras me colgaba en su hombro el se limito a verme de pies a cabeza y sonrió.

-Holabebecerdita-lo dijo muy rápido y muy junto,tal vez pensó que me iba a enojar.

-Hola bebe tucán, como te fue hoy?-Le pregunte como una esposa le pregunta a su esposo cuando llega de trabajar tarde.

-Muy mal y aburrido,ahora que te veo, me siento mucho mejor, sabes algo? Me la pase completamente solo.-respondió mientras imitaba un bebe y lo bese, su labio inferior era una amenaza.

-Ya se hago falta en tu vida, porque me amas.-Le dije con una aire superior,mientras intentaba quedar a su altura pero el es demasiado alto.

-La verdad es que si.- Se acerco a mi y me beso, terminamos acostados en mi cama el es el único que ha visto mi desastre de habitación, el único hombre que lo va ver aparte de mi papa, si es que llega de su viaje casi nunca lo hace.

El solo se reía y yo también porque le daba risa que extendiera mi brazo y que se veía muy corto,su risa es un verdadero deleite se seguía retorciendo en mi cama.

-Ya, sebastian- me reí porque había cambiado de color, paso de pálido a rojo.

-Ya, perdoname.-Se acomodo a un lado mio y me beso en la frente.

No.-le conteste y me di la vuelta

-Entonces no y ya.-El me tomo de la cintura y se durmió, puse una alarma a las 8:00 para poder despertarme y me quede dormida junto a el.

Escuche que alguien abría la puerta de la entrada principal.

-Ana, ya llegue hija, ¿donde estas?-Escuché que mi papa hablaba pero no lo entendía del todo y de repente entendí lo que pasaba mi papa acababa de llegar y sebastian estaba en mi habitación y estábamos enredados en una cobija llena de pelos de gato.

-Sebastian.. sebastian.. levantate vamos, mipapallegó.-Le dije susurrando apresuradamente mientras lo sacudía de las piernas y de su hombro.

-Mmmhh... ahora no bebe cerdita, no podemos hacer esas cosas.-Respondió mientras se tapaba la cara con la cobija y pelos de gato caían en su camiseta.

No todo es sobre tiWo Geschichten leben. Entdecke jetzt