Capítulo 65.- Las mujeres de mi vida

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Domingo en la mañana – Casa Son Myoui

- ¿Seguro que no quieren quedarse a desayunar? – Chaeyoung les preguntaba a sus amigas en voz baja. Momo y Sana estaban paradas enfrente de la puerta y cada una sostenía una niña dormida en sus brazos.

- Gracias Chaengie, pero Momorin y yo tenemos mucho que hablar aun y está gruñona, no ha podido dormir mucho por lo que veo – Momo estaba a puro bostezo.

- No sé cómo haces para dormir en ese condenado sillón lleno de niñas por todas partes – Las tres mayores miraron el sofá cama en el que ahora estaba Olivia estirada como si fuera dueña del mueble. Ryujin estaba a un lado de ella y le atravesaba una pierna por encima de su estómago mientras usaba uno de los pechos de su hermana como almohada. Chaery ocupaba todo el otro costado y se había acaparado solo para ella las dos almohadas, una la usaba para su cabeza y a la otra la tenía abrazada como si tuviera miedo de que se escapara. No crean que Heejin estaba incomoda, la otra melliza había obligado a sus hermanas a dormir con las piernas encogidas ya que se había hecho ama y señora de la parte baja de la cama.

- Después de tantas noches en el sillón te acostumbras – se justificó la deportista

- Pero si me desperté porque la ratita menor me sacó la almohada no muy sutilmente – se quejó la abogada

- Chaeryeong siempre hace eso, no puede dormir sino tiene dos almohadas o al menos algo para abrazar – explicó – Agradece que al pececito no se le dio por recitar la poesía del otoño – dijo

- ¿La poesía del otoño? – Era algo que a Sana le podía interesar

Antes de que Chaeyoung pudiera contarles, Heejin se había parado en la cama y con los ojos cerrados empezó a recitar...

"El otoño es un enano, con un tarro y un pincel

Pinta todo de amarillo pues no tiene otro color

Va trayendo viento frío

Y llevándose el calor"

Hizo una reverencia y se volvió a acostar como si nada hubiera pasado.

- Bueno imagínate eso a la mitad de la noche – les dijo orgullosa de su hija

- ¡Por Dios Son! Una de tus hijas roba almohadas y la otra es una poeta sonámbula. Le dije a Mina que tanto sexo durante los embarazos iba a tener repercusiones – se quejó la mayor dando paso a un nuevo bostezo.

- ¿Te vas a correr? – le preguntó Sana a la morena mientras caminaban hacia el taxi.

- Si – le aseguró – Total tengo varias horas más hasta que mis mujeres se despierten – no era día de "madrugones" para todas las rubias de la casa.

- Mañana nos avisan lo que salga de la ecología...

- Ecografía Sana – Dos hijas y todavía no se lo aprendía

- Eso...

- Por supuesto Sana, apenas sepa el sexo de mi bebe las llamo – les dijo, Sana le dio un beso y dejo que Chaeyoung se despidiera del dormido patito que tenía en sus brazos para después subirse al taxi.

- Oye bomboncito – la abogada entraba en modo nervioso – Gracias por lo de anoche...

- Si es porque dormimos apretaditas y calentitas, ya sabes que no fui yo la que te hizo cucharita – Chaeyoung acarició a la cucharita llamada Mako que tenía cargada su amiga.

- Tu sabes porque lo digo – Era más que evidente

- Lo se Moguri. Lo sé. Yo no puedo concebir la idea de ustedes dos separadas y mucho menos si esa idea destroza a mi mujer – confesó – Hazla feliz Momo. Si Sana es feliz, tú lo serás. Chaeyoung se sentía identificada.

[ MICHAENG ]Cuando, donde y como el amor quiera | adaptaciónWhere stories live. Discover now