Capítulo IX. 🌹

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Dimitri.

Rosemarie no habló durante toda la clase, se limitó a observar las técnicas y ponerlas en práctica, la verdad, debo decir que es muy buena, sus movimientos eran rápidos y precisos.

Su silencio me estaba intimidando. Para este momento todos los demás estudiantes se habían retirado y nos encontrábamos solos, ella no decía nada, se limitaba a asentir o a soltar un "Uh-huh" cada que le decía algo. El contacto tanto visual como físico era lo estrictamente requerido pero su silencio me sirvió de algo.

Pude pensar, pude recordar.

Recordé su aroma. Vainilla.

Ella era a quien había besado en Pensilvania.

¿Es posible tanta coincidencia? ¿Será cierto que existe un destino escrito para cada uno de nosotros? Si no era así, no sé qué sentido tenía toparme con Rosemarie siempre. Por otro lado estaba Tasha y nuestro compromiso, planeado por ella desde que nos conocimos, pues lo nuestro había sido amor a primera vista.

Pero si amaba a Tasha, ¿Qué me pasaba con Rosemarie? ¿Era sólo deseo físico? ¿O era algo más? Porque, sinceramente, se sentía como algo más. Recuerdo que mientras la besaba, sentí que la conocía, pero también sabía que era una nueva sensación, sin saber, me di cuenta que con Tasha, no sentía lo que con Rosemarie.

- ¿Puedo recargar mi termo?- interrumpió mis pensamientos. Faltaban sólo cinco minutos para terminar la clase.

- Por supuesto, te acompaño, también se me acabó el agua.- mentí tratando de pasar tiempo con ella.

- Profesor, puedo ver que su botella aún está a la mitad.- se cruzó de brazos desafiante, yo la imité arqueando una ceja.

- ¿Profesor?- provoqué, ignorando que me había descubierto en mi terrible faceta de mentiroso una vez más.

- Claro, ¿o prefiere Señor entrenador?- su rostro volvía a ser neutro, pero sentía que algo le molestaba, no sé cómo, pero su cuerpo y sus ojos me lo decían.

- Antes me llamabas "Ruso mentiroso"- sonreí cruzándome de brazos.

- Antes no eras mi entrenador.- volteó los ojos.

- Rosemarie, no...

- Es Rose.- sonrió falsamente y se alejó apresuradamente.

- Bien, Rose.- dije aunque ella ya no pudiera escucharme.

***

Desde que empezaron los entrenamientos en la academia, yo sólo llegaba a casa para bañarme y ya salía nuevamente rumbo al restaurante para la hora de la cena. Había descuidado a Tasha y sabía que esto comenzó desde que Rose llegó a mi vida. Por eso había tomado mi decisión. Tendría que hablar con Tasha.

- Buenas noches, mi vida.- Tasha corrió a mi apenas entré.

- Buenas noches Tasha.- sonreí y le di un beso rápido en su mejilla.

- Te tengo una sorpresa...- tarareó y como por arte de magia el aroma a pan invadió mis fosas nasales.

- ¡¿Preparaste Pan Negro?!- sonrió ampliamente.

Don't Stop Loving Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora