Parte 8: Lo que son las cosas

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Santa no podía creer lo que veía. Ese par de mocosos suspendieron a varios de sus elfos en el aire, llevándolos cerca de ellos conforme avanzaban hacia él. Los elfos gritaban en agonía, rogando por que los soltaran conforme sus pieles se iban derritiendo. Cada que uno se deshacía completamente, tomaban a uno de los que tenían flotando detrás. Tenían por lo menos diez de ellos en cada fila. Bueno, ahora nueve.

"Santa. Ahora que llegamos, debemos informarte que la sala principal del castillo fue casi completamente destruida. No te enojes, el monstruo está muerto, el nuestro, al menos" explicó el rubio engreído.

"¿Me puedes explicar porque sacrifican a mis elfos solo para venir a decirme eso?" preguntó en voz alta.

"Pues no vimos otra forma de llegar".

"¿No podrías usar tu telequinesis para alejar a las semillas? Imbécil" hizo énfasis en el 'imbécil'.

"Pfft, no" Draco escupió al suelo "Resulta que tienen más fuerzas que tus empleados, no pude empujarlas".

"Eres insufrible ¿Te lo han dicho, mocoso?" preguntó Santa, Rodolfo lanzó aire caliente por la nariz.

"Oh, sí, esta misma mañana, fue el amigo de este zopenco a mi lado" señaló a Potter, quien evitaba el contacto visual con Papá Noel "hablando de eso. Necesitamos a los dieciséis elfos que aun nos quedan con vida".

Santa solo entrecerró los ojos ante tal solicitud "¿Para qué?".

"Un hechizo, claro está".

"Ugh, no saben como los odio. Bien, pero solo porque tengo que prepararme para repartir los juguetes y tengo bastante prisa".

Draco sonrió maléficamente "Muy bien" volteó a ver a su compañero.

"Harry el sucio, ¡ahora!".

Harry se sobresaltó inmediatamente, buscando su varita en cada bolsillo, cuando la encontró, casi se le cae tres veces. Draco y Santa solo lo miraron seriamente "Aquí está" dijo entusiasmado.

"Bien hecho, Potter, ahora hazlo" se cruzo de brazos "Me refiero al hechizo, por si lo olvidaste".

"¿Yo?"

"Sí, tarado, de no ser tú, no harías absolutamente nada el día de hoy, probablemente nunca" señaló al árbol, asegurándose de hacer notar que una gran oleada de semillas se acercaba lentamente hacia ellos.

"B-B-B-Bien" apuntó su varita lentamente hacia su enemigo el árbol, mirando de reojo a Santa varias veces, quien solo se limitaba a dirigirle la misma mirada de desprecio que Draco.

"ANIMA SACRIFICIUM" todos los duendes flotantes comenzaron a arder en flamas azules, consumiéndose completamente en cuestión de segundos. Quedaron reducidos a una flama azul que flotaba frente a la varita de Harry. A él ni siquiera le importaba el hecho de que acababa de cometer un sacrificio de almas inocentes; su atención estaba centrada en el hecho de que Draco y Santa no solo susurraban, sino que, además, entre los murmullos pudo distinguir una mención hacia él, y se estaban riendo "uuuh..."

"Harry, pequeña mosca alelada, haz el resto. Si mis elfos mueren en vano, tú serás el carbón que le dé a los niños malos" le gritó Santa, que ahora se encontraba a diez metros de él. Draco se carcajeó ante esa amenaza, le pareció oír que incluso el reno se burlaba de él.

"¡¡¡ULTIMA!!!"

Una fuerza emanada de la varita borró al instante a cada semilla ácida existente. Los ojos rojos del árbol volvieron a aparecer.

"Un momento... ¿Eso acaso fue..." el árbol no pudo concretar su pregunta, dicha fue intercambiada por cientos de gritos estremecedores de cientos de humanos que agonizaban dentro de aquella planta diabólica.

Harry Potter y el trineo de VenusМесто, где живут истории. Откройте их для себя