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[Profanar | 5]

[Cinco]

Siete en punto, el crepúsculo sombreó las delicadas rutas celestes en nuestro andar.
El clima no se consideraba frío, al menos no para mí séquito; me mantenía descansando en el acogedor lomo de mi confidente, Jin.
Había decidido acompañarnos en la misión con la excusa de su presencia tal vez podría aminorar el riego de acto, tal y como la primera vez que lo amenacé.

Jimin cargaba una mochila en su espalda, y era resguardado por la gran figura de Seung, quién lo cargaba gustoso.
Él y yo acordamos lo primordiales que seríamos en esto, así que fue asignado como primeros auxilios; dependiendo si pierdo el control, o Namjoon decide matarme, todo lo dejábamos a la suerte del universo.

Contaba los minutos faltantes mientras nos acercábamos al viejo punto de rescate, dónde encontramos a un Soobin moribundo.
Los aromas del resto de la manada estaban esparcidos en todos lados, sumando el hedor a miedo e impotencia.

-Volvieron, hace quizás unas horas. Creyeron que podrían encontrarlo con vida~

Hyuk no tenía problema con ser crudo a la hora de atestiguar sus sentidos animales, y nadie se mortificaba a la hora de emprender oído obediente.
Confiaba en su coordinación, en su potencial tanto y como confiaba en mí mismo.

Bajé de un solo brinco del lomo plateado de Seoyin, dejándome llevar por el olor afrodisíaco que me llamaba a gritos. Jamás había olido algo similar, y me confundía en cantidades inconmensurables.
Mi cuerpo sentía llamaradas en su interior, no eran normales, menos cuando mi parte íntima palpitó.
Jeongguk trataba de decirme algo, y no quería aceptarlo.

Café, menta y eucalipto, era todo lo que percibía, y todo lo necesario para causar que sus hormonas danzaran folklore.

-JungKookssi, ¿Estás bien? Puedo oler tu excitación desde acá.-Jimin llegó a mi rescate, despertándome de una ilógica ensoñación erótica. Una ligera capa de sudor en mi frente de hizo lucir, robándome un cuestionable suspiro.

-No lo sé, no soy yo.-mi lobo rasgaba a profundidad mi ser, rugía con necesidad y me aturdía intranquilo.
Parecía estar furioso, y con ganas de matar todo lo que se le atravesaba, que me alteré.
Era muy extraño el cambio de humor en gguk, por lo regular era apacible, pocas veces se revelaba tan descortés.

-Se trata de tu mate, está cerca. Hasta yo puedo sentirlo de lo intenso que es. -Leah se dirigió a mí, con esa característica decadencia, pero me limité mostrarle con franqueza que no sabía a lo que se refería.-¿No sabes que es un mate, huh?

-Claro que lo sé, pero esas cosas no existen; quizás gguk reaccionó a algún aroma desagradable para su paladar.

Mi padre había dicho con detalle, y lo cito: "Los mate son productos del egoísmo sentimental; tú no le perteneces a nadie y nadie te pertenece a ti, eres libre de ser o no ser lo que quieras."