[Hostilidad | 8]

1.1K 126 83
                                    

[Ocho]

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

[Ocho]

Los días transcurrieron sin contratiempos. Se mantuvo paz y calma en las calles de la comunidad cercada.

Me preocupé por cada detalle que abarca la toma del poder consecuente; me encargué de que Soobin acudiera con Zawditu, una humana psicóloga de acogida que fue rescatada de disturbios en Masonville, hace aproximadamente dos años. Tiene solo 18 años, y ayudó a más de quince lobeznos con discapacidades tanto motrices como psiquiátricas.

Entablé un civilizado trato con las hermanas Black, bueno, solo con la menor; nada de peleas o enemistad.

Hicimos un tratado de paz perpetuo, por el bien de su integridad y nuestra manada; tendría vigilado a Namjoon hasta que se descubra bajo cuál ghost spell estaba, incluso agregué inmunidad de poder a su unnie, con tal de que liberara al Deuchalion.

Organicé al menos tres grupos de rescate para la recuperación de Jonghyun, por gusto y preocupación de mi padre, quién su atrevió a cuestionar mis métodos.

"De preferencia traiganlos muertos"; si, esas habían sido mis palabras, ¿adecuadas? ¿insuficientes?

Hablé de múltiples planes con mi equipo de seguridad y Hyungwon, evitando a como diera lugar que Mina o Jimin intervinieran en la ejecución de expediciones caracol.

No dudaba en ningún momento en que me comportaba como un paranoico psicótico, pero me negaba a tener que vivir con más de esos malnacidos sucesos repudiables, que me perseguían como cruz de entierro.

Han se encargó de que mis indicaciones no se propagaran como pan caliente ante la desobediencia; con ayuda de Min-hyuk, Chang Hyun y Johari contuvieron los constantes escándalos que armaban amistades cercanas a Eun, que difamaban por lo más alto el nombre de Seokjin.

Decidí no imponer mi estatus como corrupción y monarquía de lo prohibido, si no el tumulto de justicia.

Mantuve un bajo perfil, ni siquiera peleé cuando en mi propia casa me llamaron casquivano, mangante o carcundo.

Me aseguré de que la salud mental de mi compañero de hogar fuera óptima; juró a sin fin de que no debía preocuparme, pero cada vez que se encerraba en el baño, oía sus sollozos queriendo ser sofocados. Y salía con su piel totalmente roja de el estropajado febril, añorando borrar el tacto de aperlada cobertura.

Me contenía de ser zascandil, así que solo sonreía y lo tomaba en mis manos, apretujándolo hasta que conciliara sueño, posteriormente colocaba suavemente capas de aceite rehabilitador que Jimin me preparó cuando me quemé tratando de sacar una leña de una fogata enfurecida; desde sus enmarañados brazos hasta la extensión de heridas en sus piernas, tratando de sanar el exterior tanto como pude, porque sabía que el interior era casi imposible.

Su decadencia personal me alarmaba. Parecía un muerto andante, desgarbado, con voz senil y mirada perdida.

Descuidaba a Soobinie por encerrarse en su habitación a deshoras, su apariencia se transformó en áspera, su actitud era seca y desdichada.

Lunar © | Taekook | Omegaverse | CompletaWhere stories live. Discover now