Capítulo 1: La visita. Grandes noticias y terribles decisiones

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El castillo de las Hermanas había recibido muchas modificaciones en orden de acomodar a su nuevo ocupante. Celestia había oído a su hermana hablar mucho acerca de este, pero nunca había ido en persona a verlo, podía ver que su hermana no reparó en gastos a la hora de repararlo. En medio del bosque, se alzaba un enorme muro blanco con varias torres bajas y varios ponis con armadura recorriéndola, los muros rodeaban un terreno circular de muchos metros, donde dentro crecían jardines cuidados y pequeños arroyos. Más allá de los jardines, se alzaba el antiguo palacio, ahora reconstruido sobre los cimientos de las anteriores ruinas. La entrada principal fue derribada y la sala interior ahora estaba al aire libre, aunque era tan oscura que no se llegaba a ver si interior. Sin embargo, Celestia llegó a vislumbrar los corredores y escaleras que se elevaban a los costados de lo que antes era la sala del trono, donde su hermana y ella una vez gobernaron juntas, que ahora rodeaban un enorme montículo, como una montaña pequeña en medio de la sala.

Celestia no quiso esperar a ser anunciada y se salteó las formalidades para aterrizar frente a la entrada principal del palacio. El montículo en medio de la sala se movió y desperezó, y nueve colas se elevaron hacia el techo mientras el nuevo inquilino del castillo se despertaba de su aparente siesta para recibir a su invitada. Celestia esperó inmutable hasta que la cabeza de Kurama, tres veces más grande que ella misma, se puso frente a ella y sus ojos rojos y rasgados se clavaron en los suyos. El tiempo apremiaba, por lo que no iba a ir con rodeos.

- ¿Dónde está, Kurama? - Preguntó la princesa con autoridad. El Zorro frunció el entrecejo, puesto que jamás tomó gusto por aquellos que deseaban comandarlo, y no iba a empezar ahora.

- ¿Qué te hace pensar que sé dónde está?

- ¡Deja de hacerte el tonto! ¡Sabes perfectamente donde está! ¡Tienes la habilidad para encontrarlo donde sea que esté!

- Aunque así fuera... ¿Por qué te lo diría?

- ¿Qué no ves el peligro en el que está? ¿No sabes lo que hizo?

- Sé que es lo que TÚ piensas que hizo, y también sé que TÚ piensas que está en peligro. Quizás lo esté, quizás no. Pero a la última que le dije dónde estaba, terminó poniéndolo más en peligro que nada. ¿Qué piensas hacer, si te lo digo a ti? Porque no voy a hacerlo pasar por más dolor del que ya sufrió. Del que tú lo hiciste pasar...

- Lo hice para intentar protegerlo, lo sabes mejor que nadie. Twilight Sparkle...

- Actuó por tus órdenes, decidí no juzgarla por ello. Pero tú... tú fuiste la que se las dio. No tienes excusas...

- Sabes que solo quiero su bienestar. Es tu hijo, no estás pensando con claridad...

- ¿Y Luna? ¿Acaso ella tampoco piensa con claridad?

- ¡Esta discusión no nos está llevando a ningún lado! ¿Vas a decirme dónde está?

- No. No si piensas seguir actuando como hasta ahora. No si no reflexionas como es que llegamos a esto.

- ¡Estoy tratando de ayudarlo!

- ¿Quién es la que no piensa con claridad ahora?

Kurama se levantó y se sentó, pero sus ojos seguían centrados en la Princesa del Sol. Celestia notó algo en ellos... ¿empatía?

- Te diré dónde está, pero solo si hablas y escuchas. Las decisiones que tomamos fueron las que nos trajeron a este punto, y si solo seguimos como hasta ahora, lo perderemos todo. Lo perderemos a él. Habla conmigo. Cuéntame tu versión, y yo te diré la mía, y quizás podamos obtener algo mejor de lo que teníamos por separado.

My Little Shinobi: Flaming SoraWhere stories live. Discover now