✨Chetyre✨

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En cuanto llegamos mía y yo nos metimos a bañar, yo en su cuarto y ella en el de vadik, las dos nos encargamos de bañar al bebé y lo colocamos en la cama con almohadas a su alrededor para que no le pasará nada, cayó rendido, fue un día muy largo para todos.

Mía estaba apenada conmigo por lo sucedido, pero yo no la culpaba, no podía, esto no era culpa de nadie.

Hace veinte minutos que estaba con el bebé nada más, mía había recibido una llamada de sus padres (que no estaban muy felices por así decirlo) y sobre Alexander no había rastro.

Vadik no nos quiso decir a dónde iba o si se tardaría, me era un poco estresante y agobiante está situación, tenía hambre así que baje por algo de comida, me prepare un batido de fresas y un sándwich.

Me senté en la barra de la cocina a degustar mi cena, aún que tenía el estómago revuelto por todo lo sucedido, tenía que ingerir algo.

Además, necesitaba distraerme un poco de todo lo que había pasado, estaba muy molesta conmigo, se supone que tengo un entrenamiento demasiado riguroso para estas ocasiones y no había hecho nada.

Si alexander no hubiera llegado no quiero ni imaginar lo que pudo haber pasado, había un bebé por dios. Como habíamos llegado a esa situación.

Cansada subí nuevamente a la habitación, mía todavía no estaba aquí, solo yo y el bebé, tenía mucho sueño y no tenía ganas de otra plática, así que me acosté a lado del bebé y lo abracé.

Caí dormida a los pocos segundos de haber tocado la almohada.






[°°°]






Me removí en la cama y me desperté por un ruido y por el frío, voltee a ver al bebé y me asegure de que el estuviera bien tapado, una sombra me distrajo de mi tarea, pegue un grito y me incorpore rápidamente, prendí la lámpara de la mesita y ahí estaba él.

Solo que ahora estaba vestido con un pantalón de pijama y su torso estaba al descubierto, dejando una fantástica vista de sus abdominales y fuerte brazos, mi respiración se detuvo un momento y me quedé como idiota viéndolo por lo que parecieron horas.

Tenía los brazos cruzados en su pecho y algunas gotas de agua resbalaban desde su cabello a su musculoso torso, tenía una cara sería, pero apretaba sus manos como si se estuviera conteniendo, me desespere un poco que no dijera nada, así que cuando yo decidí hacerlo él se adelantó como si hubiera previsto mi movimiento.

Realmente el parecía saber lo que haría antes que yo, me preguntaba si era porque era un libro abierto en ocasiones o simplemente era por ser el.


—No quise despertarte. - su voz era ronca, no se movió de su lugar- quería ver cómo estaba mi hijo y de paso ver si lo sucedido no te quito el sueño.... Parece que no.

—El bebé está bien, se durmió en cuanto llegó a la cama y claro después de su bañó. - eso mantén la calma aún que por dentro te esté dando un ataque al corazón- y yo estoy bien, sabía los riesgos de la amistad entre mía y yo.

—Me alegro, no quiero saber que por mi culpa su amiga de toda la vida deje de verla. - se acercó a la cama y se sentó a lado del bebé, coloco una mano en el estómago de el- no.... no tienes que preocuparte, me encargue del problema.

—No voy a preguntar, porque no es un tema que sea de mi importancia, además tengo claro que entre menos sepa mejor. -dije viéndolo fijamente y tratando de calmar mi pervertida interna qué me decía cosas muy pocas decentes-

—En eso tienes toda la razón cielo. -beso el cachetito del bebé y se levantó-

—Lo llevaré a tu cuarto, estoy segura de que los dos dormirán mejor si están juntos. - levanté al bebé en brazos y me quedé quieta un minuto para no despertarlo, ignoré la mirada de Alexander y salí de la habitación, me iba guiando hasta llegar a un cuarto, no me fijé en los detalles, al entrar en la habitación la ventana me llamo totalmente mi atención-

En lugar de estar la pared al fondo de la habitación más bien estaba un vidrio de protección, se veía hermoso sobre todo al ser las dos o tres de la madrugada, en dónde más o menos el mundo se apagaba para dar paso a la tranquilidad y armonía del silenció.

—Colócalo en su cuna. -señaló el lado opuesto a la cama, la madera era café y su decoración estaba de azul intenso junto blanco y negro, daba ternura, como cuando ves ropita de bebé y te dan ganas de tener uno, justamente así-

—Listo, que descanses alexander. -dije caminando a la salida, y tratando de huir rápidamente al darme cuenta de que solo llevaba un corto pijama, un shorts blanco que apenas cubría mi culo y una camisa de tirantes que cubría hasta debajo de mi bra -

—Que descanses Lía. - estaba viendo el paisaje de espaldas a mí y sus músculos estaban tensos-

—. -no lo hagas, él te metió en esto en primer lugar, no seas cortés, recuerda él está casado - Quieres.... Quieres que te traiga un te o leche caliente, para que puedas dormir mejor. - pregunte tratando de ser amable.

¿Alexander se volteó hacia mí y sonrió de medio lado, se estaba burlando de mí?

Bien esto era suficiente.
Uno tratando de ser cortés y el otro se burla pero que hijo de....

—Sabes que es lo que me tranquilizaría? -sonrió caminando hacia mi lentamente- Una buena cogida cariño. - dijo acorralandome en la pared a lado de la puerta-

—¿No tienes pareja para saciar tu necesidades maldito pervertido? -dije empujándolo no se movió ni un milímetro -Estoy muy segura de que tu esposa estaría aquí si se lo pides.

—¿Esposa dijiste? -agarro mi quijada fuertemente todo rastro de burla había desaparecido de su cara y era remplazada por un ceño fruncido y los labios en una fina línea- No me hagas reír quieres quien te dijo esa idiotez ¿fue mía acaso?

—Se que eres un bastardo, pero negar a tu esposa, no crees que es muy bajo, aún si hablamos de hombres como tú. -no estaba segura de provocarlo más pero que puedo decir, mi boca dice muchas cosas sin que pueda procesarlas antes -

—¿Hombres como yo dices? -su puño le pegó a la pared a lado de la cama, me tomo de la cintura y me aventó a la cama, valla costumbre. - Que te quede claro niña, yo no tengo ni pareja y mucho menos una esposa.

—Si claro y yo soy la madre Teresa de Calcuta, me ves la cara de imbécil. - el sostuvo una gran parte de mi cabello y jaló hacia atrás-

—Te dije que yo no era un hombre benevolente, aun así, insistes en provocarme, bien haré las cosas a mi manera entonces, si crees que soy un bastardo seré el peor de todos. -me jalo de la mano y prácticamente me arrastró por toda la habitación hasta sacarme de la habitación, aventándome al piso y cerrando la puerta en mi cara -

Quise levantarme y pegarle a la puerta, pero no quería despertar al bebé y mucho menos hacer un escándalo.

asi que me resigné y me fui a mi habitación, cerré la puerta y me avente a la cama.

Solté un suspiro y me quedé muy dormida pensando en el capullo y sexy hermano de mi amiga.



























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SEMPITERNO.✓✨(EN PROCESO)Where stories live. Discover now