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Querido diario, hoy Hermione me habló sobre la vida muggle y sus padres, mientras caminábamos a una tienda muggle. También estábamos tomadas de las manos, nunca me puse tan roja y creo que lo noto, pero no importa, porque tengo un lindo vestido que Hermione me escogió y lo usaré solo para ella, ella y nadie más.

—Oh, Louise, creo que esto se te verá muy bien, ¿no crees? Ginny dice que no te gusta ponerte vestido.

La pelirroja asintio, con todas las fuerzas que reunió, pues su mirada seguía fija en las manos entrelazadas entre ella y Hermione.
'Espero no te moleste', dijo Hermione al ver su cara cuando la tomo de la mano.

—Bien... entremos.

Hermione estuvo más de media hora mostrándole todo tipo de vestidos a Louise, pero esta última no respondía, ni siquiera subía la mirada, como siempre, a Hermione usualmente le bastaba que le respondiera con ese inusual parpadeo de ojos o que subiera la mirada, pero Louise no fue capaz ni quisiera de hacer eso.

—Sabes... seria bueno que asintieras de vez en cuando...

No hubo respuesta.

—Lou... ¿P-puedes subir y bajar la cabeza en forma de SÍ?

Tampoco hubo respuesta.

—Mhh... tengo una idea, ¿Qué te parece si yo... te guió?

Como de costumbre, no hubo respuesta.
Y Hermione no entendía porque en la casa de los Weasley parecía que Louise estaba por tener un gran avance, pero... no lo hubo.

La castaña hizo que la pelirroja se parara, lo cual no fue difícil pues era extremadamente ligera.

—Cada que te guste un vestido, solo tienes que mover la mano o algún dedo, como sea.

Tomo de nuevo su mano, tocando y viendo cada vestido que se les ponía enfrente.
Pero el toque de manos, hacia que la pelirroja se pusiera más nerviosa.

Las emociones de la pelirroja eran una mezcla de frustración, enojo, miedo y mariposas en el estomago. No le gustaba que la tocaran sin su permiso, y obviamente Molly lo hacía, pero ni siquiera ella misma sabía su estado mental.

Un repentino chillido por parte de la castaña retumbó en los oídos de la pelirroja.

—¡Creo que este se te verá muy bien!

La pelirroja ni siquiera se movió.
Volvió a bajar la mirada, mirando la mano de Hermione, entrelazando la suya.
Hermione lo notó, apartando la rápidamente.

—Oh, lo lamento, te prometo que no lo volveré a hacer, te debería haber pedido permiso antes...

La pelirroja no hablo.

—Perdón, creo que fue una tontería, lo lamento, creo que ese vestido se te veía bien, lo compraré y... espero te guste.

La pelirroja se sentía enojada consigo misma y con todo mundo.
No sabia porque, sabía que Hermione era dulce con ella, y ahora parecía estar enojada con ella o angustiada, ciertamente las emociones de los demás no solían importarle ¿Por qué ahora sí? ¿Será porque Hermione es la única persona en la madriguera que le habla o la trata bien?
Había odiado el día en el que le confesó sus sentimientos por Hermione a Luna y Neville. En realidad, ni siquiera ella sabe porque lo hizo, fue un acto impulsivo del que seguramente nada bueno saldrá.

Ninguna de las dos habló camino a la madriguera.
Hermione puso la caja donde estaba el vesitido en la cama de Louise y cuando estaba punto de irse, Louise simplemente hablo.

—Perdón.

Hermione sonrió y salió de la habitación de la pelirroja.

—Mierda... —Susurro para si misma.

ASPERGER© Where stories live. Discover now