Treinta y dos

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Tati

— ¿cuandos salis del laburo venis para aca? — me pregunto Mateo mientras sacaba las tostadas y se sentaba frente a mi

— emm no... no creo... me junto con una amiga— le sonrei comiendome el desayuno a los tumbos ya que estaba llegando tarde

— ahh que piola ¿con quien? — soltó él en medio de un bostezo

— una amiga de la secundaria... — dije tratando de sonar creible. Odiaba mentirle a él pero no me quedaba otra, lo tenia claro. No pensaba meterlo a Mateo en todo este bardo.

— que bueno amor... me alegro — sonrió él sin darle demasiada importancia

Despues de intercambiar un par mas de palabras termine de prepararme y me encamine directo a mi puesto de trabajo.

— no use el celulal — se quejo el chino infumable este

Solo asenti, aunque claramente lo segui usando por lo bajo, no habia nadie en ese super de mala muerte ¿que le jodia que usara el telefono? chino rompe pelota...

Hoy temprano me habia comunicado con el numero que me habia pasado mi mamá, con la persona que me podia dar la plata y desde entonces estaba esperando que me pasara la ubicacion y el horario para poder ir y retirar el dinero. Necesitaba sacar a mi mamá de ahí cuanto antes.

Me quede unas largas horas interminables en ese lugar con olor extraño reponiendo caramelos y atendiendo a las mismas viejas de siempre que compraban lo mismo y hablaban de los mismos temas de mierda.

Al final el chabon este que tenia que ir a ver me dijo que vaya a la noche asi que volvi a casa. Necesitaba estar un rato con Mateo y despejarme de todo.

— euu ¿y tu amiga? — pregunto Mateo con una sonrisa al verme entrar

— tenia que hacer un par de cosas me dijo de juntarnos a la noche... — le sonrei rodeando su cuello con mis brazos

— ahh bueno... esta bien... — me respondio dandome un beso en el cachete

— ¿que hacias vos? — pregunte mirandolo a los ojos y acomodando un poco su pelo

— nada, estaba por prepararme la merienda y capaz me iba a ranchar un rato con los pibes...

— ahh re bien amor... si queres merendamos rapido asi vas... — solté yendo a la cocina a empezar a preparar unas chocolatadas

— como vos quieras... si queres me quedo con vos...

— anda con los pibes pollera — lo cargue

— yo no soy pollera que decia...

— sos re pollera — sonrei agarrandole los cachetes y dandole un beso

— bueno un poco capaz, pero es que mira lo que es mi mujer — termino por decir mientras me abrazaba por atras

— toma ya estan... — dije dandome vuelta y dandole su chocolatada

Nos quedamos boludeando un buen rato, era imposible pasarla mal con este ser. Siempre tiraba cualquier pavada que me hacia tentar, estaba demasiado agradecida de poder haber formado esta hermosa relacion y esperaba que durara mucho tiempo mas.

— bueno amor... me voy que los pibes me estan rompiendo las pelotas — sonrio apoyando sus manos en mi cintura

— dale bebe, pasala lindo

— vos tambien hermosa, nos hablamos — dijo dandome un lindo beso y saliendo de la casa

Me tire un rato en la cama, todo esto me tenia muy preocupada y aunque la piloteara bastante bien para que Mateo no se diera cuenta la realidad es que estaba hecha mierda y necesitaba que todo esto se terminara de una vez por todas.

Recibi un mensaje de este numero raro que me dijo que en breve me iban a pasar a buscar en un auto. Estaba re cagada de miedo, no sabia ni donde me estaba metiendo pero no me quedaba otra, haria lo que sea por verla a mi mamá de nuevo.

Sali de la casa de Mateo y me subi a este auto blanco que se aparecio, no le llegaba a ver la cara a la persona que estaba manejando pero se notaba que era un hombre, al parecer ni muy viejo ni muy joven.

La zona se ponia cada vez mas turbia, la calle estaba super oscura y con solo verle las caras a la gente que se iba apareciendo se me ponia la piel de gallina.

— llegamos — soltó anunciandome para que me bajara del auto

Trague saliva y abri la puerta, bajandome del auto y mirando para todos lados.

— es ahi — me señalo el hombre

Era una especie de bar raro, yo tenia que buscar a un tal Carmelo que era quien me iba a dar la guita para rescatar a mi vieja.

Pregunte por él a un par de chicas que encontre y estas me enviaron como a un despacho que se encontraba al final del lugar.

Toque un par de veces la puerta rogando que no pasara nada raro y despues de soltar un poco de aire, entré cuando él me dio paso.

— eh... hola... emm... yo... yo soy...

— tatiana... si... pasa... sentate... — me sonrio este tipo medio canoso con un cigarrillo en la boca que apago en el cenicero que tenia a su lado




Aparezcoooo

Qué onda ñeri esto se puso feooo

Ahre bueno nada lo de siempre comenten y voten pa hacerme feliz

TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora