Once

4K 332 102
                                    

.• Mateo •.

Nos quedamos un buen rato sentados, ella apoyada en mi pecho, yo acariciando suavemente su pelo y brazo.

— tati...

— mmm... — se quejó ella

— te dormiste gila...

— sii... y me estás despertando así que cerra el orto

— ¿te quedas a dormir acá vos?

— ¿que? No... no... ni ahí...

— ahh yo porque pensé que...

— no pienses Mateo... te va a hacer mal... — me interrumpió empujando mi cara

— ¿queres que te lleve a tu casa?

— perdí las llaves el otro día... tengo que treparme el tapial y en estas condiciones me voy a romper el napio...

— ¿y que pensabas hacer entonces?

— pensaba no ponerme en pedo y trepar el tapial pero pasaron cosas... — respondió con la voz claramente distorsionada por el alcohol como si su planteo fuera lo más obvio del mundo

— bueno vamos a mi casa entonces...

— ¿que? No... no... mira si me voy a quedar a dormir en tu casa...

— ¿y que queres hacer hija? No se que otro plan se te ocurre

— me quedo dando vueltas con los pibes por ahí... no se... después veo...

— no Tatiana, no hagas pelotudeces... vamos que te llevo a mi casa... — solté alzándola y llevándola adentro

— Mateo la puta madre... boludo te vas a partir la médula en dos... dale Mateo bájame estupido... — empezó a quejarse y moverse mientras se reía tentada

— gente nos vamos... se los quiere wachos... — sonrei agarrando mis cosas y las de ella para luego salir tras una sarta de comentarios jodiendonos de parte de los pibes

— que pibe imbecil... — dijo sonriendo mientras se mordía el labio

— vos sos la piba imbecil... — solté agarrando su cintura porque estaba que se tambaleaba

— ¿estás seguro de que no te partiste 7 vertebras? — preguntó colgándose de mi cuello

— naaa tengo alto estado físico mami que te pensas

— amm... si seguro... gordo choripanero no te la crees ni vos

— bueno si... es verdad... — solté para hacernos tentar a los dos

Después de un rato considerable boludeando con esta mujer que no paraba de decir pavadas encontramos un taxi que nos llevó hasta mi casa

Ella ya había venido un par de veces a merendar así que ya conocía todo a la perfección

— ¿me tramitas un resaquit? Porque mañana no me levanta ni la barra brava de boca — sonrio sin abrir los ojos mientras se desparramaba en mi sillón

TruenoWhere stories live. Discover now