•Armantabo•
Mathias era un infante alegre que vivía con sus dos padres.
Al día siguiente de su cumpleaños va a su parque favorito con ellos,siendo también el último día que pasarían juntos.
Es secuestrado y vendido a un mafioso que cuidaría de él...
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Los siguientes meses no fueron fáciles para nadie.
La búsqueda masiva por Mathias no estaba dando resultados,los perros policiales no podían detectar absolutamente nada sobre el pequeño y los padres cada día tenían la cabeza más abajo,al igual que las esperanzas.
Julia notaba el crecimiento de su vientre y lloraba ante la idea de que su hijo nunca conociera a la niña que ya tenía nombre,Dan. Si bien se podía interpretar como nombre de niño,así lo eligió la pareja para su hija.
A veces Jack pasaba horas dentro de la habitación de su hijo y miraba cada juguete que no había podido utilizar o el set de pinturas que estaba cerrado y completamente nuevo.
Todos los amigos y familiares de la pareja les daban su apoyo total,aunque ya casi nadie creía en la posiblidad de encontrar al niño con vida,aunque con encontrar su cuerpecito a Jack y Julia les servía,si bien serían múltiples apuñaladas al corazón,tendrían un lugar en donde verlo siempre que quisieran,el cementerio. Aunque por el momento ni siquiera eso estaba pasando.
En aquella enorme mansión de el señor Jacob Smith no todo salía como lo planeado,pero de a poco todo iba bien.
Emilio,el guarda espalda de Jacob y ahora de Mathias,también se encargaría de educar y corregir al niño.
Se pasaba cada noche en la puerta de aquella habitación con la esperanza de que el niño saliera a buscar algo de comida o simplemente al baño,pero se quedaba dormido y en esos momento el chico aprisionado aprovechaba.
Por suerte hace unos días Emilio había logrado entablar una conversación con el niño teniendo la puerta como separador y la noche como testigo.
Mathias con un triste tono de voz,contaba que sentía miedo,que quería ver a sus padres y conocer a su pequeña hermana.
-yo también tenia un hermano ¿Sabes?-
Comentó Emilio, intentando ganar la confianza de el niño y así conseguir que saliera de aquella habitación,ya que tanto él como Jacob se estaban cansando de esperar a que el chico se sienta seguro para salir.
(...)
Después de hablar con el infante cada noche a través de la puerta,consiguió ganar su confianza y lograr que saliera.
La primera cena oficial en la mesa con Emilio y Jacob fue incómoda y rara. Para empezar,había verduras para cenar,cosa que a Mathias no le gustaban.
-le puedo preparar otra cosa al niño si gusta-
Comentó desilusionada la cocinera de la casa.
-ni se le ocurra...Mathias se comerá eso quiera o no,retirese por favor-
Jacob dejó un arma en la mesa y el cañón apuntaba al infante que no quería cenar. Al ver el arma Mathias abrió los ojos con miedo y sintiendo su cuerpo temblar, empezando a comer,generando la risa en Emilio.
