𝕾𝖊𝖕𝖙𝖎𝖒𝖆

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—— 𝕾𝖆𝖘𝖍𝖆 𝕭𝖗𝖆𝖚𝖘 ——

Marco Bodt, yacía tirado en el suelo con un hilo de sangre que pintaba sus labios y barbilla.  

— Si le pego de verdad...— Se escucho salir de la boca de Connie.

Armin y Mikasa corrieron sin dudar a levantar el cuerpo de Marco. Connie alzo los hombros y tomamos camino a recoger al chico pateado. 

Todos los demás se habían dispersado del tumulto que veía la pelea, y ya nadie prestaba atención a lo sucedido.
Todos volvían a bailar sin reparar en Marco.

El de pecas reía, a lo bajo, mientras decía palabras inaudibles y se limpiaba con un pañuelo la sangre que le había escurrido. Sus mejillas, rojas, no sé bien si del coraje, de la vergüenza o de la patada que se había comido.

— ¿Que fue lo que sucedió Marco?.— preguntó Connie mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

Marco no respondió, y salió ensimismado en la nada. Viendo el fondo de la habitación.
Abrió la puerta y se fue.

—¿Deberíamos ir por el?.— dije mientras dirigía mi mirada hacia los demás. 

— Ya ire más tarde.— Respondió Armin. — dejen que vaya a calmarse. Solo me gustaría saber que fue lo que sucedió. 

— Nada chismoso, eh Armin.

— Solo es para dialogar bien con el Connie.

El chico calvo y yo reímos mientras le mandábamos unas miradas de complicidad al rubio.

— "dialogar", ándale pues.

— Si no son novios, son socias Sasha. — Me respondía el más bajo.

Armin se sonrojo ante tales declaraciones, y con sus brazos cubrió su cara. Dejando expuesto con ternura su abdomen.
Me parecía lindo ver a Armin siendo Armin. 

Connie siguió molestando al pequeño y delgado chico de ojos azules para pasar el rato en una fiesta más a la que habíamos decidido ir para ver con que nos encontrábamos. Vaya que uno se encuentra cosas en estas fiestas. Aunque generalmente yo venia en busca de comida gratis y entretenimiento. Disfrutaba pasar el tiempo con mis amigos, y que ellos disfrutaran ampliando  su circulo social y haciendo esas cosas de adolescentes que a veces yo no podía comprender muy bien. 

Los chicos y yo seguimos hablando, de pie, viendonos pintados de colores a causa de las luces y la ausencia ya del sol mismo. Ya era tarde. Bastante tarde. Pero temprano para un joven con copas de alcohol encima. 

O barriles. 

Como era el caso de Eren Jeaguer, quien venía meciendose de lado a lado, con una sonrisa de oreja a oreja y la mirada de repente perdida y de repente puesta en la chica asiatica. El castaño exclamaba su nombre en la oscuridad, como buscandola. A pesar de que se hallaba ante sus ojos. 

Armin, quién estaba a cargo de cuidar a sus amigos esta noche, gruño al ver el estado en que se encontraba uno de ellos.

— Increible. Mikasa se me pierde y llega con el labial por toda la cara, y Eren se va, se emborracha y regresa.— exclamo.— Ya se me acaban las palabras para poder explicarle a su madre cada tontería que hace.

— Ya se Armin. Espantalo a ver si no se le baja del susto.— Propuse.

En ese momento un tipo de baja estatura y cabello negro camino amenazante hacía nosotros, al lado de dos tipos que rozaban los dos metros de altura. 






























ThE yOuth;; SnKUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum