Capítulo 21

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¨ Severus Snape¨

Snape estaba en el gran comedor esperando para la selección de los alumnos de primer año, otros par de soquetes que en su opinión seguramente no comprenderían ni con una célula de su dedo meñique el arte de desarrollar pociones; bueno al menos tendría como estudiante a su ahijado y al niño Andrew al que tuvo que enseñar usualmente en su tiempo libre.

Esperaba realmente que esos dos hicieran su sufrimiento más llevadero aún más considerando que el niño que vivió estaría entre sus estudiantes, el hijo de la escoria de James Potter seria su alumno ¿Qué podría ser peor? Eso era lo que se repetía cada segundo que pasaba viendo como su ahijado fue seleccionado a su casa, menos mal se decía a si mismo pero ahora le tocaba al que creía que era su segunda salvación.

Grande fue su sorpresa cuando en vez de ser llamado Andrew la profesora McGonagall lo llamaba Harry Potter, no podía creer que el niño al que busco hace muchos años siempre estuvo oculto enfrente de su nariz, más aun no podía creer que no podía ver a James Potter en ese niño, no lo veía como Harry Potter para él seguía siendo el pequeño niño al cual le dio clases y vio cuanto le recordaba a el mismo la forma en la que brillaban sus ojos al realizar una posición correctamente.

Nunca lo podría llamar ¨Harry¨ menos mal que el niño pidió que se lo llamara por el nombre que el ya conocía y había nombrado múltiples veces, pero ¿Qué le sucedía al mundo? ¿Cómo se suponía que ese niño fuera un Potter? No tenía nada de Potter y lo único que podía ver que parecía ser dado por sus padres era el tono de piel y los ojos de Lily, todo lo que si podía distinguir era de su querida amiga; nada de Potter, absolutamente nada, estaba anonadado.

Después de observar por mucho tiempo a Andrew se quiso estampar contra la pared cuando recordó que si él era el niño que vivió debería tener una cicatriz en la frente o eso era lo que le había dicho Dumbledore ¿Acaso Dumbledore le había mentido? ¿O el niño logro quitar su cicatriz? Pero ¿Cómo? Tantas preguntas sin respuestas le hacían doler la cabeza y estaba seguro que no era el único que tenía diversas preguntas esa noche, además de que no era el único que se estaba llevando varias sorpresas.

Otra de esas sorpresas era que el supuesto ¨Harry Potter¨ fue seleccionado para su casa, ninguno de los leones parecía emocionado por ese hecho, todos estaban como estatuas y él no era la excepción. Andrew para él ya se estaba acercando a considerarse una sorpresa en carne y hueso.

Volvió a sentarse en los demás alumnos cuando el director los despacho a todos en sus respectivas salas comunes, bueno al menos no habrían más sorpresas por el resto del día o al menos eso pensó hasta que llegó la hora de la cena y vio como Andrew era unas de las primeras cabezas que se veían en el gran grupo de Slytherin que se acercaba para cenar.

Si él estaba allí y no detrás de todo ¿Qué significaba? Bueno no era el líder o al menos no se veía a simple vista pero por el orden se podía ver que tenía cierta influencia hacia sus compañeros, ¿Qué carajos había pasado para que pudiera establecerse tan rápido? No lo entendía y menos cuando había pasado tan poco tiempo en todo ese transcurso.

Snape se estaba volviendo loco, Andrew no le daba ni un minuto de tranquilidad a su cerebro, como él podría dormir tranquilo esa noche si no tenía respuestas a ninguna de sus preguntas, bueno al menos estaba feliz por el simple hecho que Dumbledore seguro la estaba pasando igual o peor que él. Ja cualquiera que pudiera lograr eso en el director se merecía su agradecimiento lástima que en esta ocasión a el también se la jugaron.

Desde su posición podía tener una buena visión de lo que hacían sus serpientes, al parecer estaban teniendo una tranquila cena pero él podía notar que la atención de sus serpientes se dirigía a Andrew, parece ser que sus sospechas de que el influye un poco al grupo no era algo infundado de la nada.

Snape se pasó su velada con sus ojos atentos hacia la mesa Slytherin hasta que estos terminaron de comer y abandonaron el comedor en una perfecta fila junto con una postura envidiable, ellos parecían no mirar a nadie, solo se alejaban a paso lento del comedor.

El inicio de una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora